Escuchar los voceros del Gobierno Nacional calificando de muy positivas las medidas tomadas el miércoles con respecto a los precios del café podría hacer pensar que los campesinos, quienes trabajan de sol a sol en las fincas, en su mayoría humildes, ahora sí se beneficiarán de su labor.
Sin embargo, al llegar al campo y dialogar con ellos se llega a la realidad: los caficultores venezolanos continúan sin recibir lo que en verdad merecen por permitirnos disfrutar a diario del aroma de un buen café caliente.
EL IMPULSO estuvo en la principal zona cafetalera de Venezuela, en la parroquia Hilario Luna y Luna del municipio Morán, concretamenete en las inmediaciones de Guarico y Villanueva, cerca de los límites con Portuguesa, donde los productores apenas sobreviven con lo que reciben por sus cosechas.
“Esos precios no nos ayudan en nada y por eso han sido muchos los caficultores que han abandonado sus fincas y dedicado a otras cosas, cansados de tanto trabajar para seguir en la miseria”, afirma Juan Rodríguez, quien toda su vida la ha dedicado a la caficultura en el caserío La Manga.
Indica que aún con los nuevos precios no se cubren los gastos pues los insumos suben todos los días, además antes se conseguían en Agroisleña, pero ahora en Agropatria no se consigue nada.
“Nosotros, quienes tenemos una finquita y recogemos unos saquitos trabajamos para medio comer porque con esos precios no podemos comprar los insumos o el veneno, que están tan caros”, dice por su parte Guzme Dudamel.
Agrega que para completar el problema los delincuentes no les dejan en paz pues les roban los sacos de café, las motos, los toyotas y el poco dinero que tengan y no hay policía ni guardias nacionales que los protejan.
“Nos dicen que ahora subieron los precios, pero los de los productos que necesitamos están subiendo desde hace tiempo”, argumenta Ramón María Colmenares.
También opina que con el trabajo de ellos quienes se benefician son los vivos, “un grupito que nos compra barato el cafecito y lo vende más caro en la ciudad”.
“Para nosotros el gobierno no tiene nada; sólo quiere que se beneficien los de afuera que sí les paga bien el café, pero a nosotros no nos da precios justos”, afirmó Juan Rodríguez.
“Un engaño”
Para Maximiliano Pérez Apóstol, presidente de la Asociación de Caficultores de Venezuela, los nuevos precios no son lo que esperaban pues siguen sin cubrir los costos de los insumos.
Calcula que la venidera cosecha se recogerá en el municipio Morán entre 80 y 90 mil quintales, la mayoría en la zona de Villanueva, El Cauro, Laguneta, Santa Rosa, Santa Marta y otros caseríos de la zona.
Pero revela algo grave y es que el Gobierno nacional paga más caro el café importado que el venezolano pues el que traen de Nicaragua, Brasil u Honduras, no es de mejor calidad que el nuestro, lo cancelan a 2.500 ó 3.000.
Recuerda que en el 2010 la UCLA determinó justo el pago de 1.341 el natural corriente y 1.600 el lavado bueno A, pero la inflación ha seguido creciendo por lo cual el incremento debió haber sido mayor.
“Esos aumentos son sólo un engaño por la campaña electoral y no satisface las necesidades de los trabajadores quienes ya ni ganan para comprar un vehículo en el cual movilizar sus cosechas o llegar hasta Villanueva o Guarico”.
Dijo que seguirán insistiendo en un incremento justo para que los caficultores no sigan en la ruina.
Fotos: Elías Rodríguez
