El cuerpo de Rafael Ramón Silva, de 56 años de edad, yacía boca arriba en la morguecita. A las 10 de la mañana llegó un patólogo y comenzó a practicarle la autopsia para determinar la causa exacta de la muerte.
Decenas de familiares, que esperaron 72 horas a que un médico forense llegara al sitio y examinara el cuerpo, observaban el proceso desde unos cinco metros; algunos dejaron rodar una que otra lágrima. Otros observaban en silencio; parecían inmutables. Entre los parientes estaba Nélida Mogollón, sobrina del hombre, quien comentó que hay algunas cosas que no terminan de cuadrar en el hecho y que deberían ser investigados por parte de las autoridades. “A mi tío lo tiraron en un hueco; es mucha casualidad que se cayera de un caballo directo a una fosa. Además cuando hallaron el cuerpo estaba enterrado con escombros, tierra y ramas de árboles. Alguien tuvo que enterrarlo, no puede ser que el cuerpo haya quedado debajo de estos escombros luego de una caída”.
La mujer recordó que la última vez que vio a su tío fue el sábado a la 1:00 de la tarde cuando salió de su casa en la carrera 1 con calles 10 y 11 de El Carmen, para ir a arrear a unos animales que tenía. “Él siempre los llevaba a los alrededores de la quebrada El Mamón para que comieran, ese día no llegó, estuvo desaparecido hasta que un vecino lo halló y avisó. La muerte de mi tío la vamos a dejar en manos de Dios”.
Al terminar la autopsia la patólogo descartó el homicidio.
