Este miércoles, representantes de la Unidad Educativa Nacional Tacarigüita, ubicada en el municipio Crespo, se trasladaron a las instancias de gobierno del estado Lara, a los fines de solicitar los trabajos de reparación del sistema de aguas negras de la institución, cuya falla impide la realización de las clases desde noviembre pasado.
Rafael Atacho, vocero de gestión de la institución, habló en nombre de los manifestantes e indicó que en el plantel, localizado en los límites de los municipios Iribarren y Crespo, funciona un preescolar Simoncito y se atiende a los jóvenes que cursan educación primaria y secundaria. En total son aproximadamente mil personas afectadas por la paralización.
Desde octubre del año pasado se sufre la saturación de los pozos sépticos del plantel, donde se recogen los desechos biológicos, debido a la fuerza de las lluvias durante esos días.
El 20 de noviembre la situación se volvió insoportable para el personal de trabajo y los estudiantes del plantel, por lo cual fueron suspendidas las clases. La suspensión se extendió hasta la toma de la infraestructura para la realización de las elecciones regionales del 16 de diciembre. Cuando la actividad escolar se retomó esta semana se constató que la imposibilidad de trabajar en el área se mantenía.
De hecho, Atacho indicó que tanto los docentes como los estudiantes han presentado comezón en varias partes del cuerpo, debido a la exposición a los agentes contaminantes.
Hasta ahora, los afectados se han dirigido a la Gobernación de Lara, donde esperan que a través de Hidrolara se pueda gestionar el traslado de un camión Waltron para la limpieza de la zona; así como también a la Corporación Jacinto Lara, a los fines de lograr que el Ministerio de la Defensa facilite esta maquinaria requerida; y también a la Alcaldía de Crespo, para ver si el trabajo se puede realizar con bombas de succión y camiones volteo.
“En ninguno de estos entes hemos recibido respuesta alguna. Por lo cual hoy se encuentra en Barquisimeto una comisión de cien personas, distribuidos entre la Zona Educativa (edificio Buría), el Consejo Legislativo y la Gobernación, procurando que nos den una respuesta inmediata que permita reactivar la escuela”, dijo Atacho.
Desde que las clases iniciaron en septiembre pasado, los estudiantes a lo sumo han escuchado unas tres semanas. “A alguien debe dolerle este problema y entender que la educación de estos niños está primero que cualquier interés que pueda privar para la atención de este problema”.
Atacho advirtió que de no contar con una respuesta satisfactoria, se deberá recurrir a otras medidas de presión como el cierre de la vía para lograr que las autoridades se acuerden de este olvidado sector. Cabe recordar que en marzo del año pasado, los habitantes de Tacarigüita cerraron la vía hacia Duaca por diez horas en reclamo del servicio de agua potable.
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