Este artículo debe salir publicado justamente el 10 de enero de 2013, una fecha obligada a quedar enmarcada en la historia pase lo que pase, y todo indica que se impondrá la tesis de la renovación automática del mandato y continuidad administrativa en ausencia de Chávez y sin la debida juramentación prevista en la Constitución.
Al respecto suscribimos la posición jurídica asumida por la MUD. Estamos de acuerdo que la ausencia del presidente reelecto el 10 de enero no genera automática e irreversiblemente su ausencia absoluta ni una convocatoria inmediata a una nueva elección presidencial. Es claro que la Constitución solo prevé una sola fecha para la juramentación, el 10 de enero, pero tampoco señala explícitamente la consecuencia directa de la falta de juramentación, lo que obliga a interpretar integralmente lo que se llama el espíritu constituyente. De antemano descartamos la infantil y precaria tesis oficial de que la juramentación es un formalismo irrelevante que puede hacerse cuando sea, pero tampoco podemos decir que opera la ausencia absoluta el propio 10E ante la falta de una juramentación. Pongamos un caso hipotético de un candidato electo que le de apendicitis el día de la juramentación y no puede asistir a la Asamblea en virtud de la emergencia médica. Esa coyuntura mal podría hacerle perder su condición de presidente electo, pero tampoco comenzaría automáticamente su mandato mientras esté anestesiado en una clínica sin haberse juramentado.
En ese caso el presidente de la Asamblea Nacional asumiría el Gobierno hasta tanto el candidato electo se recupere y pueda juramentarse debidamente para que comience su mandato. Eso mismo tendría que pasar ahora en el caso de Chávez si no logra juramentarse el 10 de enero por problemas de salud: Diosdado se encargaría hasta que Chávez pueda venir al país a tomar posesión ante la Asamblea Nacional. Y si esa ausencia temporal de Chávez llegara a convertirse en absoluta, entonces se tendría que convocar a una nueva elección. Así de simple.
Lo más revelador es que la última instrucción pública dada por Chávez en cadena nacional antes de irse a Cuba a practicar la operación, fue clara al decir que si se presentara alguna “circunstancia sobrevenida” que lo “inhabilite para asumir el nuevo período”, entonces debe convocarse nuevas elecciones en las que Nicolás Maduro sería el candidato del PSUV. Incluso a los pocos días el Ministro de Información Ernesto Villegas aseguró que Chávez vendría a país antes del 10 de enero de 2013 para tomar juramento en la AN. Por lo tanto, al no ocurrir lo que ellos mismo tenían previsto, queda claro que lamentablemente sí se presentó esa circunstancia sobrevenida que lo inhabilitó para asumir el nuevo período. Entonces, ¿Por qué no cumplen la orden de Chávez y lo previsto en la Constitución? Según los partes oficiales dados por el propio Gobierno en cadena nacional, hoy sabemos que Chávez sufrió una hemorragia durante la operación y que padece ahora de insuficiencia respiratoria producto de una severa infección pulmonar que lo tiene en estricto reposo absoluto y respirando artificialmente. ¿No es todo esto la “circunstancia sobrevenida” que previó Chávez cuando dio la orden a sus seguidores el 8 de diciembre? ¿Van a seguir diciéndonos que Chávez está en pleno ejercicio de sus funciones como Presidente desde otro país y en esas circunstancias, y sin poder darle la cara o la voz al pueblo?
Aún en el supuesto de la descabellada tesis de la renovación automática y la continuidad administrativa sin la debida juramentación, eso solo pudiera operar para el caso del presidente reelecto pero no para los funcionarios públicos del Poder Ejecutivo que pierden toda legitimidad el 10 de enero hasta tanto no sean ratificados por Chávez. A partir de este momento Nicolás Maduro pasaría a ser un usurpador y un encargado ilegítimo de un Gobierno ya de facto. Pero más allá de que Diosdado no tiene las agallas de encargarse del Gobierno como corresponde durante esta ausencia del presidente reelecto, el problema de fondo sigue siendo la incapacidad de Chávez para ejercer este nuevo período, lo que tarde o temprano debe generar una nueva elección. El pueblo eligió únicamente a Chávez el pasado 7 de octubre para que siguiera gobernando, si no puede hacerlo entonces se debe escoger a un sustituto en elecciones como el propio Chávez predijo. Así que si Maduro quiere mandar debe ganar una elección primero ¿O le tiene miedo a Capriles quién ya le ha ganó a Diosdado y a Jaua?
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
JOSÉ IGNACIO GUÉDEZ
Twitter: @chatoguedez
