El yaracuyano Carlos Ochoa emergió con fuerza en el terreno de montaña cuando su compañero de escuadra Jackson Rodríguez se quedó sin arrestos físicos para encarar la trepada final de la séptima etapa correspondiente a la edición 50 de la Vuelta a Venezuela y, en gran demostración, logró salvar la camiseta de líder para el Androni de Gianni Savio, algo para lo que requirió un máximo esfuerzo, porque bregó con una dupla de Lotería del Táchira en el último kilómetro y salió bien librado de la pulseada, aunque sin evitar el festejo en el sitio de meta de Juan Murillo, ahora ocupante de la segunda plaza en el casillero general.
Ochoa se calzó el suéter principal en la llegada a su tierra -Nirgua- por aquellas carreteras donde dio sus primeras pedaleadas cuando era un juvenil y que suelen ser su sitio de entrenamiento, en la vía hacia las Ruinas del Castillo de San Vicente, sobre los 1.000 metros de altitud.
El destacado escalador asumió la responsabilidad de rescatar el liderato a unos cuatro kilómetros de la llegada, cuando asomaron las primeras muestras de flaqueza de Rodríguez. “Le pregunté a Jackson cómo venía y me dijo que no muy bien y entonces tuve que salir a buscar a los loteros”, señaló Ochoa poco después de cruzar la raya de sentencia.
Rodríguez, que al final perdió 59 segundos en la meta, acusó cansancio y fue víctima de calambres en el momento en que se cerraba la porción y los loteros, con su artillería pesada, movían la carrera, con hombres como Jonathan Camargo, que estaba muy cerca en la general -a escasos 13 segundos- y pretendía catapultarse al sitial de honor en la clasificación más importante.
Entonces, Ochoa saltó de atrás, con mucha fuerza, a buen paso, para poner orden. Alcanzó a Camargo y después tuvo que bregar con un Juan Murillo que trataba de reventarlo, en busca de una estocada. El yaracuyano se pegó a rueda, sin perder la huella del lotero, y terminó segundo para lograr su cometido (ponerse a la cabeza de la tabla general). Eso sí, por el sitio de meta pasó extenuado, con evidentes síntomas de cansancio, en medio de una jornada de 107 kilómetros, con mucho terreno de ascenso en la segunda parte del trayecto, entre Barquisimeto y Nirgua, que fue completada con registro de 2 horas, 45 minutos y 18 segundos, a un promedio de velocidad de 38 kilómetros por hora.
La primera parte del segmento estuvo marcado por una fuga de cuatro ciclistas (Jesús Rojas, Tomás Teresen, Luis Díaz y el italiano Stefano Borghi), que tomó la punta desde la salida en Barquisimeto y se mantuvo hasta el kilómetro 78, justo antes del primer premio montañoso del día, en el que los loteros montaron un ataque inicial para encontrar respuesta contundente de Ochoa.
La octava fracción, este viernes, es de trayecto corto de 107 kilómetros, con un circuito inicial en Nirgua y cierre en Valencia, con dos puertos en el camino.
