REFLEXION – Sembrando Esperanza

Una definición muy difundida acerca del término esperanza dice “Esperanza es el estado de ánimo en el cual se cree que aquello que uno desea o pretende es posible” Santo Tomás se acerca al ideal de esta reflexión, cuando la define como «Virtud infusa que capacita al hombre para tener confianza y plena certeza de conseguir la vida eterna y los medios, tanto sobrenaturales como naturales, necesarios para alcanzarla, apoyado en el auxilio omnipotente de Dios». Hay otra que nos va a servir para el llamado que queremos hacer a nuestros amables lectores. “La esperanza es el sentimiento que se experimenta cuando las cosas van mal, al tener un presentimiento o fe de que las cosas mejoraran o irán mejor, en un tiempo no determinado antes de que el acontecimiento ocurra”.
No exageramos cuando afirmamos que la humanidad siente, percibe, intuye que algo no anda bien en este mundo. Hoy, los monstruos de la comunicación le es imposible esconder todos y cada uno de los acontecimientos que hartamente están señalados en Las Sagradas Escrituras van a suceder, por cuanto están sucediendo. La incertidumbre, el miedo y la preocupación han tomado la mente y el pensamiento de los habitantes de este miserable planeta. Y la paz en el corazón de los hombres, ha desaparecido. Tornados, tsunamis, terremotos, lluvias torrenciales e inundaciones por un lado y sequía extrema e incendios por otro, es el pan de cada día en el mundo. Las nevadas son cada año más atroces, lo cual presagia una nueva edad de hielo. Se caen los aviones, se hunden los barcos, chocan trenes con trenes. El hambre, la desnutrición, las plagas, las enfermedades y la progresiva desaparición del agua potable en el planeta galopan sin freno. La ONU advierte que para el año 2050 pudiéramos tener 200 millones de desplazados por el aumento del nivel del mar por el deshielo en los círculos polares. Los llamados perros de la guerra, a medida que pasa el tiempo, con cualquier tipo de justificación, son los abanderados de la profecía que se encuentra en Mateo 24. Por cuanto los rumores de guerras y los pleitos de nación contra nación no cesan. Preguntamos. ¿Dónde está la esperanza en un mudo así? No existe.
Los filósofos, brazo derecho de los políticos, en su grado de inconsciencia e ignorancia, pretenden hacernos creer, que en la implantación de un hombre en las más altas esferas del poder está la solución. Que si hay esperanza para la tragedia que vive hoy la humanidad. Pero son simples artimañas ambiciosas. Estrategias para acceder al poder. Vías para llenar el ego personal y beneficiarse de las posiciones de preeminencia. Nunca, para resolver los innumerables problemas que tiene el hombre en este decadente y oscuro planeta . Quizás en el pasado, cuando el desarrollo de las telecomunicaciones era incipiente. Cuando solo veíamos tres canales nada más en este país. Cuando no había Internet y no existían los celulares inteligentes, podíamos alimentar la idea y la esperanza, que algo bueno traería algún gobernante u organización política. Pero no. Ahora podemos saber todo lo que sucede en el mismo instante que está sucediendo. Y eso es bueno, por cuanto nos muestra la cruda realidad y de alguna manera nos coloca en paralelo con la verdadera esperanza, que es CRISTO JESÚS.
Por ello, no todo está perdido. Aún hay esperanza para el humano. Pero hay que sembrarla. Como semilla que se esparce en un terreno para que a su tiempo crezca y produzca los frutos de paz, confianza y seguridad en medio de cualquier tormenta que sobrevenga a nuestras vidas. Y eso fue lo que vimos y oímos con un radio maratón que se celebró en el estado Lara, cuando cuatro emisoras de FM (Majestad 100.5 en Barquisimeto, Vive 90.9 en Cabudare, Amanecer 95.3 en El Tocuyo y radio La Voz 85.9 en Carora) las cuales no tienen subvenciones por publicidad y menos del Estado, pertenecientes a la iglesia Adventista del séptimo día, se enlazaron en “cadena santa” durante cuatro días, para difundir el mensaje de la esperanza verdadera. La de la Santa Biblia. La que te invita a cambiar tu vida y ponerla en obediencia a los dictamen de Dios en su palabra. La esperanza real, tangible y poderosa. La que cambia vidas para mejor. Y millones, damos fe de esa realidad. Nos encontramos el próximo martes, con el permiso de Dios. “La lectura de la Biblia echó los cimientos de la educación popular que ha cambiado la faz de las naciones que la poseen” Domingo Faustino Sarmiento. Político, escritor, docente, periodista y militar argentino.(1811-1888)

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