Durante los últimos días el Gobierno nacional, a través de la Superintendencia de Precios Justos y de otros organismos, han implementado una serie de medidas, incluyendo las represivas, para acabar con las colas en los establecimientos comerciales de la mayoría de las ciudades del país.
Voceros gubernamentales han insistido en que se trata de acciones destinadas a acabar con la actuación de los llamados “bachaqueros”, encargados de adquirir productos regulados para luego revenderlos a precios exagerados
Esos mismos voceros han insistido en que quienes forman las largas filas son los llamados “bachaqueros”, algo desmentido por jefes de familias que se ven obligados a esperar durante horas, desde la madrugada hasta mediodía o tarde, bajo las inclemencias de los rayos solares, para comprar pañales desechables, papel higiénico, leche en polvo, margarina, harina precocida, jabón de lavar y de baño, lavaplatos y otros artículos desaparecidos de los anaqueles.
“Uno no sabe lo que están haciendo porque todo sigue igual; uno, que no es bachaquero, tiene que pasar horas bajo el sol para conseguir algo de lo que necesita y no hay”, manifestaba una señora este sábado mientras confiaba, esperando en una larga fila, llegar a tiempo al sitio donde compraría determinados artículos.
“Es que a veces uno hace la cola y cuando llega se encuentra conque la leche o el jabón se acabaron, o hasta puede ver cuando guardias nacionales salen con bolsas llenas de leche o pañales, burlándose de uno”, expresó otra que, igual que la anterior, prefirió no identificarse.
El sábado, la situación no era diferente a días anteriores, por ejemplo en el centro comercial de la Libertador, a la altura de Patarata, solo que la fila no estaba formada en la avenida sino en los estacionamientos internos.
Lo mismo ocurría en el establecimiento distribuidor de medicinas en la misma avenida, sector Bararida, aunque en menor magnitud, así como en algunos automercados regentados por comerciantes asiáticos en diferentes zonas de Barquisimeto y Cabudare.
En todos, la búsqueda era, prácticamente, por los mismos artículos, especialmente los pañales desechables, la leche en polvo y el jabón de lavar y de baño.
Lo que sí se pudo notar es la ausencia de funcionarios de los organismos de seguridad, indispensables para mantener el orden en las colas, frecuentemente alterado por los llamados “vivos o coleados”.
