En el más completo abandono ha estado durante años el cementerio de Tamaca, motivo por el cual los deudos de quienes allí han sido sepultados, están optando por reducir las visitas a las tumbas, en primer lugar por la inseguridad reinante.
Tan ponto se ingresa al camposanto de la zona norte de Barquisimeto, se puede notar que desde hace tiempo no le dan un “cariñito” pues sus callejuelas son polvorientas, señal de que nunca se les ha aplicado una capa de asfalto.
Joaquina Martínez, una de las pocas personas que continúa acudiendo a ponerle flores y rezarle al familiar allí enterrado, dijo que durante la administración de la alcaldesa Amalia Sáez, nunca le hicieron algo al camposanto, motivo por el cual se encuentra completamente deteriorado.
Caminar entre las tumbas representa todo un riesgo debido a la maleza que cubre la mayor parte de ellas, sobre todo las que se encuentran a cierta distancia de la entrada.
“Sería bueno que desde la alcaldía ordenen un operativo de limpieza para quitar tanto monte en el que pueden esconderse las culebras”, precisó Joaquina.
También se quejó del robo de los artículos, como flores y figuras de santos que los dolientes colocan sobre las tumbas.
Según la mujer, en el cementerio de Tamaca opera una pandilla que se dedica a robar todo lo que considere de valor, aprovechando la nula vigilancia policial.
Otro visitante del camposanto norteño advirtió del peligro que representa ingresar al mismo, pues esos sujetos siempre están pendientes para cuando ingrese alguna persona atracarle.
Igualmente dijo que la profanación de tumbas para extraer restos humanos es algo de lo que se ha venido hablando desde hace tiempo en ese camposanto, lo que ocurre en horas de la noche, y a pesar de las denuncias existentes hasta ahora no se ha hecho nada para poner coto a la irregularidad.
Indicó que son varias las personas que han acudido en la mañana a limpiar y poner flores en tumbas y las encontraron violentadas, con los ataudes a simple vista, señal de que fueron abiertos.
No se descarta que allí también se escenifiquen ceremonias satánicas para las que utilizan los restos humanos.
La inseguridad llega al extremo de que el camposanto carece de cerca perimetral, lo que permite a los antisociales ingresar sin problemas, sobre todo durante las noches.
Los vecinos escuchan los motores de vehículos, en especial motos, que ingresan de noche llevando personas para participar en los ritos extraños, pero no llaman a las autoridades porque saben que no les van a hacer caso.
Piden al departamento de la alcaldía de Iribarren encargado de los cementerios levantar la cerca que hace años existió, para que eso no siga ocurriendo.
