Todavía influenciados por el espíritu de la llamada “Semana Santa”, esta frase o expresión de nuestro Señor Jesucristo, dicha antes de morir en la cruz del calvario, debiera tenerse en cuenta permanentemente en nuestras vidas. Por cuanto Jesús al pronunciarla estaba sentenciando a muerte al gran engañador. Estaba diciéndole primeramente a él, que su hora había llegado. Que comenzaba la cuenta regresiva para su pronta destrucción. Que se llegó el tiempo cuando la obra creadora de nuestro Dios descanse de tanta maldad atizada por este ser, que un día fue querubín protector y que, por su orgullo, su avaricia y su ambición se pervirtió, llevando a la humanidad por el camino de la perdición. Y que lamentablemente, muchos, en las distintas esferas de la sociedad, lo imitan.
Le estaba comunicando al Padre, que la obra que le fue encomendada en cuanto a la Salvación de la raza humana perdida, ya la había terminado con todo éxito. Le estaba diciendo, que el hombre caído por la argucia del maligno había sido rescatado. Que él había pagado el precio de su descarrío. Que sus pecados les eran perdonados por cuanto él imputaba su sangre derramada, en la oprobiosa cruz del calvario, por los pecadores. Que culminó como vencedor la contienda cósmica, la “gran batalla”, el Armagedón que nació en los mismos atrios celestiales. Que cumplió, como espera cumplan sus seguidores aquí en la tierra, con
la Gran Comisión que se les ha dado.
Cuando Jesús pronunció esta frase, “Consumado es”, nos está diciendo a nosotros, al pecador, al ser humano, que ya no es necesario que sufra. Que se terminó la obra depredadora de Satanás que lo tenía triste y acongojado. Que ya no va a sufrir más. Que si hay alguien que tiene problemas en su hogar, con su esposo o esposa, con algún hijo o hija descarriados. Si alguien sufre de alguna enfermedad grave. Si hay alguien que está afrontando una situación muy complicada en su vida, puede acudir a él con toda confianza y fe por cuanto padeció en carne propia cualquier situación que nosotros estemos afrontando. Y él, será el intercesor verdadero entre el humano y el Padre Celestial. Que no se engañen, buscando intercesores falsos nacidos de simples tradiciones.
“Jesús no entregó su vida hasta que no hubo realizado la obra que había venido a hacer, exclamando con su último aliento: «Consumado es” (Juan 19: 30). Satanás había sido derrotado. Sabía que su reino estaba perdido. Los ángeles se regocijaron cuando fueron pronunciadas las palabras: “Consumado es”. El gran plan de redención, que dependía de la muerte de Cristo, había sido ejecutado hasta allí. Y hubo gozo en el cielo porque los hijos de Adán podrían, mediante una vida de obediencia, ser finalmente exaltados al trono de Dios. ¡Oh, qué amor! ¡Qué asombroso amor fue el que trajo al Hijo de Dios a la tierra para que fuese hecho pecado por nosotros a fin de que pudiésemos ser reconciliados con Dios y llevados a vivir con él en sus mansiones de gloria!” Libro Joyas de los testimonios, t. 1, págs. 227-228. Elena de White. Solo tenemos, que llevar una vida de obediencia a su Palabra. ¡Hasta el próximo martes Dios mediante.
