Para recordar: “El que no ayune en ese día, será cortado de su pueblo” (Levítico 23:29)
Actualmente en Venezuela (también ha sucedido en años anteriores), algunas personas han tomado la decisión de ayunar en aras de encontrar la solución de sus problemas; hasta “luchan” en pro de nuestro país. Para estos días, son numerosos los que se han unido a este “movimiento” y hay quienes, por su condición física, son invitados para que desistan.
Pero, ¿Cómo dicen algunos versos de Isaías 58?: “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?”
En diferentes épocas, hay quienes en Venezuela practican el ayuno obligado, porque realmente tienen poco o nada que comer. Si fuera el caso, están en pobreza extrema; comiendo una sola vez al día y/o “ayunan” uno o más días por semana; con todo eso y con respeto a ellos, todavía agradecemos a Dios porque en nuestro país se encuentra algo de alimento.
En la época de Moisés, Dios invitó a ayunar al pueblo. Era una Santa convocación, con cierta obligación, porque todos debían participar con un mismo sentir, en un día especial de perdón. Y, por si acaso los desobedientes, recibieron esa sentencia: “El que no ayune en ese día, será cortado de su pueblo” (Texto inicial).
Antes de este artículo, gracias a Dios, en Opinión se nos publicaron dos relacionados con el ayuno. El # 366, el cual lo titulamos: “Ayuno y oración por los encarcelados injustamente” (EL IMPULSO, 05/12/12). Dijimos: Que si era importante ayunar por los que están presos siendo inocentes; también era relevante ayunar por los presos en las “garras” de Satanás, cuya liberación significa Salvación, al creer que Cristo vino al mundo para perdonar nuestros pecados.
El siguiente artículo, # 464 (EL IMPULSO, 17/11/14), lo titulamos: “Alimentación a que costo? Hablamos de la conveniencia de alimentarnos bien, y que Jesús, al ayunar 40 días y 40 noches, lo hizo, o se preparó para enfrentar al Diablo.
Basados en Isaías 58; Mateo 4; Levítico 23 y otros, deberíamos emular a Cristo, al ayunar, para obtener una preparación espiritual. Según la Biblia, el verdadero ayuno consiste en: No oprimir al prójimo; compartir el pan con el hambriento; no ser el verdugo de nadie, y dejar de ser el yugo o la conciencia de otras personas.
Hace poco, justo el 17 de junio de los corrientes, el investigador Luigi Fontana, presentó un estudio sobre los beneficios que trae ayunar y dice: “En animales, el ayuno intermitente reduce el riesgo de cáncer y prolonga la longevidad. Estamos realizando estudios en personas que ayunan dos veces a la semana, y no días consecutivos. No es un ayuno completo, pueden comer verduras, y los resultados son muy positivos” (Google: entornointeligente.com/ayuno y longevidad).
Creemos en el libre albedrío. Pero a veces atentamos contra nuestra vida, al ayunar prolongadamente, y eso pudiera ser pecado ¿Estamos haciendo la voluntad de nuestro creador, violando el mandamiento “No matarás”?
Si ayunáramos como nación, aunque fuera un día, en aras del cambio espiritual en general, por una Venezuela libre de maldad y pecado, entonces, dice en la Biblia: “nacerá tu luz como el alba… y la gloria de Jehová será tu retaguardia… te oirá Jehová; clamarás, y dirá Él: heme aquí” (Isaías 58:8.9).
