Unos 50 metros aproximadamente de asfaltado en la avenida Terepaima de El Pedregal, comunidad del este de Barquisimeto, se encuentra bastante deteriorado. El causante resulta bastante común en los casos de huecos en la ciudad y la entidad: la filtración de una tubería que tiene un tiempo considerable sin atenderse ha socavado la capa asfáltica.
A pesar que no hubo algún residente que informara al equipo reporteril de EL IMPULSO que se percató de la situación, se supo que este bote tendría más de un año de reportado sin la atención debida.
El problema se presenta específicamente a la altura de la urbanización Laguna Vieja, sentido norte-sur.
Allí, en toda la isla, se aprecia el bote de agua que, según un vigilante de las urbanizaciones cercanas llamado Rafael Carrillo, parece una fuente cuando se conduce el líquido con suficiente presión.
Aseguró que la Hidrológica del estado Lara (Hidrolara) no se ha acercado hasta el sitio para constatar el percance, a pesar que este está denunciado desde hace meses.
Los cientos de conductores que utilizan esta arterial vial que se conecta con la avenida Lara y también conduce al distribuidor Jirahara, deben maniobrar para poder atravesar el caótico tramo.
Quienes llegan a caer en los huecos no pueden evitar reprochar a los entes competentes, puesto que la profundidad de las cavidades hace que parachoques y parte baja de los automóviles se golpee.
Alrededor de 20 familias viven alrededores, aunque no se pudo obtener declaración de algún habitante.
Avenida minada
En distintos tramos de la avenida Terepaima se pudo apreciar al menos cuatro aberturas en el pavimento, no propias de la erosión.
Al consultar sobre ello se conoció que estos son generados por la empresa hidrológica de la entidad.
Informó Carrillo que luego de realizar sustituciones de tuberías o cualquier otro tipo de trabajo, la compañía realiza el “desastre” pero no repavimenta.
En voz de la comunidad
El llamado que se atrevió a hacer Carrillo –en nombre de la comunidad- estuvo dirigido a Hidrolara y a la Alcadía de Iribarren para que “tomen cartas en el asunto” y eviten que el asfaltado continúe estropeándose con el paso del tiempo.
Agregó que con las lluvias, la situación tiende a empeorarse porque mayor cantidad de agua acelera el proceso de socavamiento.
