Engelbert José García Delgado, de 45 años de edad, privado de libertad que falleció la mañana de este viernes dentro de los calabozos de la Policía Municipal de Iribarren (PMI), era padre de siete hijos, uno de ellos menor de edad.
La mañana de ayer dos varones y dos hombres no pararon de llorar por la muerte de su padre, relatan que nunca pudieron venir a verlo, sabían de él, porque otro reo le regalaba un minuto para que se comunicara.
Wilson García relata que su padre fue arrastrado a Lara por una mujer de la cual se enamoró, no tenía no más de 25 años de edad y fue precisamente ella quien lo envolvió, y lo enredo con la estafa, con la que según sus hijos no tenía nada que ver.
Saben que en esa oportunidad ambos cayeron detenidos, pero ella salió con una medida de casa por cárcel mientras su padre fue sentenciado a 10 años y dos meses de prisión por el delito de estafa agravada continuada y asociación para delinquir.
Constantes eran las llamadas que hacía a su hija y le suplicaba que lo sacaran de allí, porque se sentía muy mal, ellos se comunicaron en infinidades de oportunidades con el abogado, quien manifestaba que se movería para buscar un beneficio humanitario, pues García Delgado padecía de diabetes y era hipertenso y dicha condición lo hacía cada vez ponerse peor, pero nunca solucionaron nada.
El mismo preso que se dedicaba a regalarle los minutos, se comunicó con sus hijos y le relató que cuando él se despertó a las 6 de la mañana se acercó para darle agua a El Gocho como es conocido y ya no respondía, calculó que falleció a las 4:30 de la mañana del viernes pues fue a esa hora que lo dejó de escuchar. El mismo privado de libertad indicó que al señor un día antes a las 5 de la tarde lo habían sacado para la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, porque se encontraba mal y fue devuelto al comando de la PMI a las 11 de la noche, desconoce porque no lo dejaron hospitalizado.
A pesar que su padre se comunicaba constantemente con ellos nunca le contó que era golpeado por los otros reos porque estaba pasando hambre y procedía apoderarse de la comida de otros compañeros, por lo que era castigado. Saben que estaba sondeado, pero se enteraron el día de ayer en la morgue los motivos de ellos.
Ahora sus hijos mientras hacían las gestiones para sacar y trasladar el cuerpo hasta San Cristóbal estado Táchira, lamentan y lloran la pérdida de su padre.
