En la mayoría de establecimientos autorizados para comercializar timbres fiscales, en el casco central de Barquisimeto, no hay disponibilidad de los mismos.
Las estampillas, necesarias para la tramitación de documentos en notarías y registros, han presentado fallas durante todo el año, pero aseguran los expendedores, que la falla se ha acentuado luego del cambio de poderes en la Gobernación del estado Lara.
En los locales explican que para comercializar los timbres fiscales se debe tener una licencia que emite el Servicio Autónomo de Administración Tributaria del estado Lara (SAATEL). Luego de la instalación de la gobernadora Carmen Meléndez, hubo nuevas directrices en este ente y una de ellas fue la regulación de la cantidad de estampillas que se podían adquirir.
Oscar Borromé, con licencia para expender timbres fiscales desde hace 25 años, manifestó que el margen de ganancia de las estampillas es muy bajo y el nuevo límite de compra no deja suficientes ganancias por lo que en los últimos meses, ha dejado de vender.
-Ahora regularon las ventas y sólo permiten la compra de 120 mil bolívares en estampillas, cada tres días, como a eso se le gana el 10 por ciento, sólo me gano 12 mil bolívares, pero tengo que perder un día en el banco para pagarle a SAATEL y luego ir a retirarlas, ya no es negocio.
Indica que el pago de las estampillas debe hacerse en efectivo ante el banco Provincial, y como los billetes están escasos, tendría que pagar por conseguir el efectivo, otro punto en contra para adquirir esta “mercancía”.
Anteriormente, Borromé podía adquirir hasta un millón de bolívares en timbres fiscales, que le servían para abastecerse al menos tres semanas, ya que su comercio está ubicado justo frente a la Plaza Bolívar, epicentro de registros (principal, inmobiliario y mercantil).
Esta regulación en la compra de timbres fiscales, presuntamente vino porque sorpresivamente los “bachaqueros”, al considerar la alta demanda, también encontraron un negocio en la reventa ilícita de los timbres, a precios muy por encima de los establecidos.
Algunos compraban hojas enteras de estampillas en los comercios autorizados y otros tenían licencia y compraban en grandes cantidades a SAATEL.
Los timbres fiscales de mayor demanda son los de 0,5 y 0,25 U.T. necesarios para las legalizaciones de documentos; también tienen salida los de 0,1 y 0,01 U.T. para registro de títulos; y los de 1 U.T. para reservas de nombres y registros comerciales.
En esta época navideña y a principios de año, los ciudadanos deben cumplir con el pago de sus deberes formales como la renovación de licencias para la realización de las actividades económicas y permisos sanitarios por lo que la demanda de timbres fiscales también repunta.
Ender Pirela, trabajador de un local autorizado para comercializar las estampillas, señaló que lo que les otorga SAATEL es muy poca cantidad para la alta demanda, que este año ha sido “incalculable” por la cantidad de personas que está tramitando sus documentos para irse al extranjero.
Asegura que aunque la ganancia de los timbres es poca, tratan de tenerlos para prestarles el servicio integral a los usuarios que requieren fondos negros, caligrafiar o requieren legalizar un poder. En este local, ubicado justo frente al Edificio Nacional hacen compras a la gobernación dos veces por semana.
Érika Maldonado, compró este lunes cinco estampillas de 0.1 U.T. y cuatro estampillas de 0,001 U.T. a un costo de 3.500 bolívares, cuando el monto que debió pagar por las mismas es de 300 bolívares. Recurrió al mercado ilegal porque de lo contrario su trámite se retrasaría.
La venta de timbres fiscales tuvo su auge cuando la unidad tributaria no estaba “devaluada” como ahora, dicen los comerciantes y para entonces la actividad era provechosa por lo que muchas personas tramitaron su licencia, pero ahora mermó, a tal punto que los locales han dejado de lado este servicio y optaron por sacar copias o imprimir, actividades que económicamente resultan más beneficiosas.
