El primer discurso del líder militante de Hezbollah en el Líbano, Hassan Nasrallah, desde el inicio de la guerra entre el Israel y Hamás el pasado 7 de octubre fue transmitido por televisión y visto por miles de personas en una plaza de Beirut.
En sus extensos comentarios, Nasrallah elogió el ataque de Hamás hace cuatro semanas en el que los militantes atacaron aldeas agrícolas, ciudades y puestos militares en el sur de Israel.
«Esta gran operación a gran escala fue puramente el resultado de la planificación e implementación palestina«, dijo Nasrallah, sugiriendo que su milicia no tuvo parte en el ataque. «El gran secreto hizo que esta operación fuera un gran éxito».
Nasrallah se burló de Israel en sus comentarios, un día después de la escalada más significativa de enfrentamientos entre Hezbollah y las fuerzas israelíes en la frontera entre Israel y el Líbano desde que comenzó la guerra.
Dijo que el 7 de octubre había sido una “prueba de que Israel es más débil que una telaraña” y que, un mes después de iniciada la guerra, supuestamente “no ha podido lograr ningún logro”.
Nasrallah también criticó el fuerte respaldo estadounidense a Israel en su bombardeo de Gaza que ha matado a más de 9.000 personas, en su mayoría civiles. Si bien en los últimos días los funcionarios estadounidenses han presionado más públicamente para proteger a los civiles en Gaza, aún no han pedido un alto el fuego.
El discurso de Nasrallah había sido ampliamente anticipado en toda la región como una señal de si el conflicto entre Israel y Hamás se convertiría en una guerra regional.
Los líderes de Hamás han estado presionando –a veces públicamente– para que Hezbollah amplíe su participación. Nasrallah se reunió la semana pasada en Beirut con un alto funcionario de Hamás, Saleh al-Arouri, y con Ziad Nakhaleh, del grupo aliado Jihad Islámica.
Sin embargo, los funcionarios de Hezbolá han evitado establecer públicamente una línea roja específica, diciendo vagamente que se unirían a la guerra si ven que Hamás está al borde de la derrota.
Desde el comienzo de la guerra, Hezbollah, un aliado de Hamas, había tomado medidas calculadas para mantener ocupado al ejército de Israel en su frontera con el Líbano, pero no hasta el punto de iniciar una guerra total.
