Un grupo de biólogos y veterinarios venezolanos liberó recientemente crías de cocodrilo del Orinoco en el río Capanaparo, en el suroeste del país, como parte de un programa de conservación destinado a evitar la extinción de una de las especies más emblemáticas y amenazadas de América Latina.
Las crías, que fueron incubadas y cuidadas durante aproximadamente un año en centros especializados, fueron devueltas a su hábitat natural en una remota zona de la cuenca del Orinoco, donde todavía sobrevive un pequeño número de ejemplares adultos.
La actividad fue coordinada por la Fundación para el Desarrollo de las Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Fudeci), una organización dedicada a la preservación de la biodiversidad.
El biólogo Omar Hernández, director de Fudeci, explicó que si bien estas liberaciones son fundamentales para intentar recuperar la especie, la amenaza sobre los cocodrilos persiste. “A muchos de estos animales quizá mañana o pasado los van a matar por la falta de conciencia que hay en la gente y por el hambre que hay, entonces por eso siempre decimos que estamos alargando la extinción”, advirtió.
Ninguna medida momentánea dará resolución
Hernández subrayó que la pobreza en las zonas rurales y la falta de educación ambiental son factores clave que continúan presionando a la especie. “El problema sigue siendo el mismo. Los están matando para comerlos, le comen los huevos; y por más que uno libere caimanes, es la presión de caza todavía. También hay problemas de pobreza en el campo. La gente come lo que consigue”, afirmó.
El cocodrilo del Orinoco (Crocodylus intermedius) es uno de los reptiles más grandes del mundo y el mayor depredador de América Latina. Los machos pueden alcanzar entre 4 y 7 metros de largo y superar los 400 kilos de peso. Sin embargo, su población se ha visto diezmada en las últimas décadas debido a la caza ilegal, sobre todo por la demanda de su piel, y la extracción de huevos para el consumo humano.
Una cría reducida
Actualmente, quedan muy pocos ejemplares en libertad, concentrados en regiones del sur de Venezuela, donde diversas organizaciones impulsan programas de conservación que incluyen la reproducción en cautiverio y la posterior liberación de crías.
Los expertos advierten que sin un esfuerzo sostenido y la participación activa de las comunidades locales, la recuperación de esta especie será extremadamente difícil. A pesar de los desafíos, el reciente operativo de liberación representa un paso importante en la lucha por salvar al cocodrilo del Orinoco de la extinción.