La paciencia de los habitantes y conductores que transitan por la carrera 27-A de la urbanización Fundación Mendoza en Barquisimeto ha llegado a su límite.
Un persistente bote de agua entre las calles 5 y 6 se ha convertido en un foco de contaminación y malos olores, generando un llamado desesperado a Hidrolara, para que tome cartas en el asunto.
La situación, que lleva meses sin resolverse, no solo afecta la calidad de vida de los residentes, sino que también expone a la comunidad a posibles problemas de salud.
La situación, que lleva meses sin resolverse, no solo afecta la calidad de vida de los residentes, sino que también expone a la comunidad a posibles problemas de salud.
La filtración de la tubería en esta importante arteria vial que conecta la transitada avenida Bracamonte con la avenida Morán ha creado una laguna permanente de agua estancada.
Los vehículos que circulan por la zona inevitablemente salpican este líquido contaminado, dispersando los malos olores y los posibles focos de infección a viviendas y transeúntes.
Conductores que utilizan diariamente esta vía también manifiestan su frustración. «Uno trata de esquivar el charco, pero es imposible. El agua salpica por todos lados y ensucia los carros», señala César López, taxista que usa la vía con frecuencia. «Esto es un problema que ya lleva mucho tiempo y parece que nadie hace nada».
Los afectados hacen un enérgico llamado a Hidrolara para que priorice la reparación de esta fuga de agua y se eviten así mayores consecuencias para la salud pública y el deterioro del entorno.
Asimismo, este caso no es aislado, y existen múltiples reportes de botes de agua y filtraciones en diferentes puntos de Barquisimeto que requieren una atención eficiente y oportuna por parte de la hidrológica, señalaron.
Los residentes y conductores esperan que el llamado a Hidrolara sea escuchado y que se tomen las medidas necesarias para detener la contaminación y los malos olores que afectan su día a día.