En un nuevo giro dentro del clima político venezolano, Nicolás Maduro anunció este miércoles el despliegue activo de la llamada “Operación Tun Tun”, una medida que, según sus palabras, tiene como objetivo neutralizar a “conspiradores, violentos, fascistas e intolerantes” a los que acusó de estar detrás de supuestos planes para desestabilizar el país.
“Está en pleno desarrollo la Operación Tun Tun contra los conspiradores”, sentenció Maduro durante un acto oficial transmitido en cadena nacional por Venezolana de Televisión (VTV). El mandatario vinculó esta operación con acciones de seguridad interna que, según afirmó, ya han comenzado a ejecutarse y continuarán en los próximos días.
Una advertencia en clave política y represiva
La denominación “Tun Tun” —referencia coloquial en Venezuela a las redadas policiales sorpresivas durante la madrugada— ha sido usada anteriormente por el oficialismo para justificar allanamientos y detenciones sin previo aviso en contextos de tensión política.
En esta oportunidad, Maduro no ofreció detalles específicos sobre detenciones realizadas o nombres de presuntos implicados, pero su mensaje fue claro: el aparato de seguridad del Estado está movilizado contra sectores de la oposición que considera una amenaza.
“30 días de victoria, de la paz, estabilidad, tranquilidad. No pudieron ni podrán. Trataron de incendiar el país y luego se fueron huyendo y otros se escondieron aquí en Venezuela”, declaró el jefe de Estado, en alusión a movilizaciones y protestas registradas tras los comicios de julio de 2024, cuya legitimidad ha sido ampliamente cuestionada por parte de la comunidad internacional.
130 días de “paz” bajo vigilancia militar
Durante su intervención, Maduro también celebró lo que llamó “130 días de la victoria de la paz”, contados desde el 10 de enero, fecha en la que inició su nuevo mandato tras su controvertida reelección. Sin embargo, esa presunta “paz” se da en un contexto donde activistas, políticos opositores y defensores de derechos humanos han denunciado una escalada de persecución política, particularmente contra jóvenes, dirigentes estudiantiles y militantes de base.
En ese mismo acto, el mandatario anunció el despliegue total del Plan República, cuerpo militar encargado de la custodia y control de los centros de votación en todo el territorio nacional, de cara a los comicios previstos para el próximo domingo.
Según el oficialismo, esta medida busca garantizar el orden y la seguridad durante el proceso electoral, aunque sectores críticos advierten que podría servir para reforzar el control social y disuadir la participación ciudadana libre y transparente.
Una señal de alerta para la comunidad internacional
La mención abierta de la “Operación Tun Tun” como un proceso en desarrollo reaviva las alarmas sobre el uso del sistema judicial y las fuerzas de seguridad como instrumentos de represión política. Organizaciones como Human Rights Watch, Amnistía Internacional y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos han señalado en múltiples informes los patrones sistemáticos de detenciones arbitrarias, torturas y restricciones al debido proceso en Venezuela.
Con este nuevo anuncio, Maduro endurece su narrativa de confrontación y refuerza su aparato de control interno en vísperas de unas elecciones envueltas en controversia, marcadas por denuncias de inhabilitaciones, falta de observación independiente y un clima general de represión.
La oposición y la sociedad civil, por su parte, siguen exigiendo condiciones electorales justas y el respeto a los derechos fundamentales de todos los venezolanos, mientras el país se adentra en una nueva fase de incertidumbre política y social.
