José Guerra, economista y profesor universitario, desmintió categóricamente la afirmación gubernamental de que el mercado paralelo del dólar ha desaparecido. En un análisis detallado en sus redes sociales, Guerra explicó que la persistencia de esta dinámica es una consecuencia ineludible de las políticas económicas aplicadas por el gobierno.
El economista argumentó que la demanda de dólares en Venezuela responde a la desconfianza de los ciudadanos en el bolívar, buscando una moneda con capacidad de compra que resguarde su patrimonio. La oferta, por su parte, se ve restringida por los controles cambiarios y la escasez de divisas. Al ilustrarlo con un modelo gráfico de oferta y demanda, Guerra explicó que el precio de equilibrio del dólar se establece en un punto donde la cantidad demandada es igual a la cantidad ofrecida.
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Cuando el gobierno impone una tasa de cambio oficial artificialmente baja, como el presunto 95 bolívares por dólar mencionado en el ejemplo, se genera un desequilibrio. A ese precio, la demanda supera ampliamente la oferta (por ejemplo, 60 millones de dólares demandados frente a 40 millones ofrecidos, dejando un déficit de 20 millones). Este déficit, según Guerra, es el que alimenta y sostiene el mercado paralelo.
La persistencia del mercado negro en Venezuela
Guerra recordó que la aparición de un mercado cambiario paralelo no es un fenómeno nuevo en Venezuela, citando precedentes históricos desde 1983 con el control de cambio, así como en 1994 y 2002-2003. Esta recurrencia se explica por las leyes del mercado, que buscan naturalmente un punto de equilibrio cuando se imponen restricciones artificiales. La misma dinámica, apuntó, se observa en países con economías controladas como Cuba o la extinta Unión Soviética.
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El economista también señaló la paradoja de que el propio Banco Central de Venezuela ha sido el motor de la devaluación del bolívar. En lo que va de año, hasta mayo de 2025, la devaluación del dólar oficial ha sido del 165% con respecto a mayo de 2024.
Para Guerra, perseguir a quienes operan en el mercado paralelo es como «romper el termómetro porque se tiene fiebre«. El tipo de cambio paralelo, explicó, no es la causa de la enfermedad económica, sino un reflejo de ella: la devaluación agresiva del bolívar, impulsada por las propias políticas del gobierno y el Banco Central.