Sabiendo ya que en el mes de octubre, al efectuarse el domingo 19 en el Vaticano, la canonización del primer santo venezolano, doctor José Gregorio Hernández, y de la primera santa venezolana, la madre Carmen Rendiles, estamos henchidos de satisfacción y felicidad porque la elevación de estas personas sensibles, dispuestas a obrar por los demás, nos demuestran que los católicos que entendieron y aplicaron la doctrina católica pudieron alcanzar la santidad y la pueden alcanzar quienes siguen sus ejemplos.
Las palabras son del padre Alberto Álvarez, caroreño que inició su labor sacerdotal en Barquisimeto y ha recorrido el país dictando cursillos de cristiandad y El Impulso ha querido conocer sus opiniones acerca de la canonización y del año jubilar 2025.
¿Cómo siente la pronta canonización del doctor José Gregorio Hernández?
Es una gran respuesta de nuestra Iglesia universal la persona del doctor José Gregorio Hernández en estos tiempos, en los cuales toda la evangelización va girando hacia lo que Juan Pablo II nos hizo ver: La combinación de la razón y la fe. El doctor Hernández fue un adelantado, porque mucho antes de que este precepto se propusiera a nivel de la jerarquía de la Iglesia, el doctor Hernández ya lo había logrado haciendo de su vida y de su santidad el ejercicio científico. Al doctor Hernández tenemos que verlo mucho más como el hombre de la ciencia, a la cual le impregnó de caridad y de profundo amor, sobre todo a los más pobres; pero, lo fundamental de él fue la ciencia. Aportó el conocimiento y la razón a los seres humanos para que desde allí se pudiera vivir la dimensión cristiana. Al doctor Hernández le debemos el progreso de la bacteriología, los estudios en esa especialidad, la inmunología- Hoy sería la figura del doctor Hernández una maravilla en este tiempo de pandemias y tantas enfermedades que están azotando la salud en el planeta. Pienso que la mejor muestra que la Iglesia puede presentar palpablemente al mundo lo que hoy se pregona: la santidad es profundamente humana. El Papa hace unos cinco días dijo en un mensaje que necesariamente el hombre, antes de ser santo y cristiano es humano y, por lo tanto, el rasgo humano es lo que va a permitir la santidad. El mejor ejemplo es el doctor Hernández. La tarea nuestra es resaltar esto, hacerlo llevar y terminar de quitar todo aquel engranaje que sin malicia, porque no hubo malicia nunca, se ha sembrado alrededor del doctor Hernández en lo que se llama la chamarrería, propia de la cultura nuestra, los brebajes y todas esas cosas que no fue el escenario del doctor Hernández, sino la razón.
¿Se refiere usted a la brujería?
Por supuesto, la brujería encontró caldo para sustentarse a través de lo que la fe sencilla y la poca formación de conocimientos tiene la gente; pero, indudablemente, lo fuerte del doctor Hernández es la ciencia y la misma lo llevó a ser generoso con los enfermos, y entregado desde la fe y la razón. Importante es que ya tenemos fecha de su canonización, ya que esta se celebra en Roma y después habrá una gran celebración y posteriormente otra en Isnotú, que han sido previstas,
¿Qué nos puede decir de la hermana Carmen Rendiles Martínez?
Es una figura muy querida por el pueblo venezolano, pero muy restringida en el espacio geográfico. El doctor Hernández por su presencia en Caracas y su prestigio de médico se convierte en un personaje nacional. La hermana Carmen Rendiles ella estuvo presente en Aregue, municipio Torres, y sus hijitas, las siervas de Jesús, se han dedicado mucho a atender santuarios y parroquias, y están prestas a ayudar ya contribuir a que se desarrolle el trabajo parroquial, de los seminarios y de las casas de los nuncios. Eso hacen estas buenas mujeres. En los seminarios nuestros siempre están las hijas de la hermana Carmen, siempre pendientes y colaborando con la formación. El momento es oportuno para decir que en Aregue en un tiempo no largo, pero sí apreciable, estuvo la hermana Carmen. En esa ocasión estuvo en peligro su vida cuando se produjo un accidente de tránsito en la carretera Carora-Barquisimeto y hubo de ser atendida en uno de los centros asistenciales de Carora. Es una figura distinta a la del doctor Hernández, pero cargada de amor y de servicio que lo impuso por encima de sus limitaciones humanas que, para aquella época, no era fácil superar porque había una serie de realidades imperantes que hoy no se entienden. Era muy raro permitir en aquella gente aceptar gente con incapacidades humanas para que formara parte del clero, de la vida consagrada; sin embargo, la hermana Carmen lo superó. No fue un obstáculo para ella tener un brazo, Vivió su experiencia, fue audaz, intrépida,que nada la detuvo y siempre puso su confianza en Dios. Es otra figura muy propia para estos tiempos nuestros en los que se habla de empuje, tenacidad, esfuerzo, esperanza, plena certeza de la acción divina de Dios y siempre poner ella al servicio de Dios su talento y sus capacidades humanas. Así que también la tendremos santa ese mismo día porque junto con el doctor Hernández serán canonizados por el Papa en Roma.
¿Qué impresión tiene sobre la canonización de un muchacho, Carlos Acutis, conocido como el influencer de Dios?
Indudablemente es un extraordinario ejemplo para estos tiempos, pero no es una innovación en el santoral de la Iglesia, en el cual hay muchos jóvenes. Lo que pasa para nosotros resulta extraño porque ese muchacho, fallecido apenas a los quince años, no vestía hábitos, sino que andaba como los adolescentes de hoy y, naturalmente, usaba jean y una franelita y calzaba zapatos deportivos. Pero la historia nos muestra a Luis Gonzaga, un jesuita; Tarsicio, un eucarístico; y así como ellos otros jóvenes santos porque hemos tenido siempre esa dimensión de santidad, que no tiene edad como tampoco nacionalidad Bendito Dios que este jovencito utilizó la tecnología actual para transmitir mensajes para acercar a otros jóvenes al catolicismo y aprovechó los dispositivos que existen para darles el uso destinado a la fe y a la esperanza.
Son esas precisamente las palabras del Jubileo 2025. ¿Cómo se ha venido desarrollando?
El Jubileo católico es celebrado cada 25 años y el presente,que comenzó en diciembre del año pasado y concluirá en enero del año próximo con el lema de peregrinos de la esperanza, es un tiempo de reflexión sobre la misericordia, la solidaridad y la búsqueda de un mundo humano. El Papa Francisco celebró entre finales del 2015 y durante varios meses del 2.016 un jubileo extraordinario con motivo del quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, para profundizar la implementación y la profundización de la fe, El Jubileo está destinado a profundizar nuestra fe y trabajar por los demás. Se está desarrollando en todo el mundo y estamos invitando a los feligreses a las peregrinaciones y a la asistencia a los templos y a la eucaristía.
El padre Álvarez, como ocurre con la mayoría de los caroreños y en general los nativos del municipio Torres, es conocido por un hipocorístico. Todos en su tierra le dicen “Beto” porque su nombre es Alberto, hijo de la señora Carmen Yépez de Álvarez y del doctor Pablo Álvarez Yépez, a quien lo identificaban cariñosamente como “Paucho”, especialista en obstetricia y como tal ejerció en su municipio, además de haber sido profesor en el liceo Egidio Montesinos.
Tiene 29 años de sacerdote, porque primero fue abogado, Considera que el sacerdocio es una experiencia muy bonita, pero revela que vivió un laicado comprometido. Al respecto dice que vivió muy cercano a los grupos apostólicos, anduvo por toda Venezuela dictando cursillos de cristiandad y así se fue perfilando su vocación.
Nacido en Carora, ha permanecido en su terruño, salvo los tiempos que ha tenido que estudiar fuera de la ciudad y las misiones religiosas que ha cumplido.
Sus inicios sacerdotales fueron en el sector El Trompillo de Barquisimeto y volvió a Carora, donde fue vicario encargado cuando no había obispo titular en la Diócesis.
“He estado en medio de parroquias y lo comparto con mis servicios pastorales a través de los cursillos y a mi me ha gustado mucho la educación y he estado al frente de colegios, sobre todo cuando era joven y formaba parte de sus nóminas», expresa. “Mi mayor satisfacción es ver que vale la pena todo un mundo de muchas exigencias, de muchas dificultades y en el fondo sentir que me trazado un bonito camino y logrado iluminar muchos horizontes de nuestra gente y descubrir también que detrás de nosotros vienen unos muchachos sacerdotes que hemos tratado de formar y que son mejores que nosotros.”.