María Corina Machado, líder de la oposición democrática en Venezuela, ha puesto el foco en la dramática situación de los educadores venezolanos, cuyos salarios mensuales oscilan entre 5 y 10 dólares, complementados con 40 dólares en cestaticket y bonos no prestacionales que apenas alcanzan los 120 dólares.
«Esto significa hambre», enfatizó Machado en sus redes sociales, reconociendo a los docentes como «héroes» por su vocación y perseverancia a pesar de las adversidades.
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La denuncia se agrava al revelar que, solo en el año escolar 2024-2025, más de 40.000 maestros han sido despedidos, y a más de 8.000 se les han suspendido arbitrariamente sus pagos en junio. Cifras de la Federación de Maestros de Venezuela indican que entre 2014 y 2020 el sistema escolar ya había perdido al menos otros 100.000 educadores, lo que pinta un panorama desolador de desprofesionalización y fuga de talento.
La líder opositora también denunció que los maestros cesados por razones ideológicas son reemplazados por «agentes ideológicos» que buscan adoctrinar a los niños en lugar de formarlos integralmente.
Reconstrucción Educativa
Machado describió un sistema educativo en Venezuela que, a su juicio, está peor que el de un país en guerra. Señaló que muchos niños están «deambulando en las calles, fuera del sistema educativo«, y aquellos que asisten a clases lo hacen solo dos días a la semana en escuelas con infraestructuras en ruinas, sin planes de alimentación confiables y con un déficit masivo de docentes.
También resaltó la resiliencia de los maestros que, al salir del sistema público, han creado «microescuelas o escuelas comunitarias«, ofreciendo educación digna por una módica suma. Esta iniciativa la calificó como «la fuerza que mueve, educa y libera a un país».
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En contraposición a lo que considera una estrategia para mantener a la sociedad «sometida, sin educación, sin oportunidades; sumisa«, Machado subrayó que para su movimiento político «la educación es vital, es el centro del desarrollo de una sociedad competitiva y libre».
Prometió la construcción de un país donde los niños tendrán una «educación de primera, con valores sólidos y serán trilingües, en castellano, inglés y el lenguaje digital«. Además, aseguró que los maestros serán «super preparados, bien remunerados y tendrán las mejores herramientas de última tecnología».
