Venezuela figura actualmente entre los 20 países con mayor pérdida de cobertura forestal en el mundo. Así lo reveló un reciente estudio de Global Forest Watch (GFW), plataforma internacional de monitoreo ambiental, que situó al país en la posición número 18 de 103 naciones evaluadas por deforestación.
Las cifras son alarmantes, para abril de 2025 se habían perdido unas 27.500 hectáreas de selvas tropicales, mayormente concentradas al sur del río Orinoco, en los estados Amazonas y Bolívar.
Equilibrio climático afectado por la tala y minería
Las causas detrás de esta drástica disminución son diversas, pero las más críticas son la tala y quema sin control, la minería, legal e ilegal, y las actividades agrícolas y madereras. Estas prácticas están destruyendo ecosistemas considerados claves para el equilibrio climático global.
El ambientalista y docente Hildebrando Arangú explicó a La Prensa de Lara que los bosques tropicales venezolanos, que abarcan desde zonas secas hasta húmedas y lluviosas, son vitales para regular los patrones climáticos globales, actuar como sumideros de dióxido de carbono y amortiguar los efectos del cambio climático.
“El trópico es el mayor termómetro del planeta. Su función es crucial para revertir cambios bruscos en el clima y controlar los vientos alisios que provienen del norte y del sur”, aseguró.



Por su parte, el geógrafo Roger Lugo advirtió que la magnitud del daño es comparable con la extensión de países como Holanda y Bélgica combinados.
“La amenaza de la minería, legal o no, representa un impacto devastador sobre la biodiversidad de estos ecosistemas, ya que altera el hábitat de especies, contamina cuerpos de agua y acelera el deterioro del suelo forestal”, puntualizó.
También recordó que los bosques tropicales del país mantienen un nivel de humedad superior al 80%, con lluvias anuales de entre 2.000 y 4.000 milímetros, lo que los convierte en zonas de altísima fragilidad ecológica.
La pérdida acelerada de selvas tropicales en Venezuela no solo representa una emergencia ambiental, sino una amenaza directa al equilibrio climático regional y global. La alerta emitida por Global Forest Watch es un llamado urgente a las autoridades nacionales y a la sociedad civil para redoblar los esfuerzos de protección forestal, combatir la minería ilegal y promover un modelo de desarrollo sustentable.

