El año escolar 2024-2025 cerró en el estado Lara con un preocupante balance para el sector educativo: suspensiones de salario sin debido proceso, infraestructura escolar colapsada y docentes trabajando en condiciones precarias.
Las denuncias, encabezadas por voceros sindicales, evidencian un sistema educativo que enfrenta profundas debilidades estructurales y administrativas.
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Salarios suspendidos y pagos pendientes
Una de las situaciones más graves que marcó el ciclo escolar fue la suspensión injustificada del salario a un alto número de docentes.
“Nunca se notificó formalmente a los afectados. Muchos estaban en reposo pre y posnatal y, aun así, les suspendieron el pago”, denunció la profesora Hilda Peña, secretaria general de Sinvemal.
La medida, aplicada desde marzo en algunos casos y en junio en otros, afectó gravemente la estabilidad económica de los trabajadores. Aunque cerca del 50% de los docentes que reclamaron han logrado la restitución de sus sueldos, aún queda un 45% en espera.
Desde el gremio docente se insiste en que no basta con reactivar los pagos en agosto o septiembre, sino que deben cancelarse todos los salarios caídos, incluyendo los bonos vacacionales que tampoco han sido depositados.
Infraestructura escolar en abandono
A esta crisis salarial se suma el deterioro progresivo de las instituciones educativas. Voceros sindicales aseguran que más del 60% de las escuelas del estado presentan graves fallas estructurales, sin servicios básicos y con riesgos para la salud de docentes y estudiantes.
“Tenemos instituciones emblemáticas como la Ciudad de Maturín y la Ciudad de Valencia, ubicadas en zonas urbanas y visibles para el gobierno, que no tienen baños funcionales ni condiciones mínimas de salubridad”, destacó Peña. En la parroquia Unión, por ejemplo, el Ciclo Combinado Miguel José Sanz, con casi 80 años de fundado, opera con aulas agrietadas, techos filtrados y una infraestructura colapsada.
La situación se repite en zonas como Morán, donde la Unidad Educativa Roberto Montesinos lleva más de seis años cerrada, y los niños reciben clases en casas particulares, una realidad que profundiza la desigualdad y compromete seriamente el derecho a la educación, enfatizó la representante gremial.
Llamado urgente ante nuevo período escolar
De cara al nuevo año escolar 2025-2026, los gremios docentes hacen un llamado contundente al ministerio para que utilicen el receso escolar no solo como tiempo administrativo, sino como una oportunidad para ejecutar reparaciones urgentes en las infraestructuras educativas y saldar las deudas pendientes con el personal.
“El país no puede hablar de calidad educativa si sus docentes están impagos y sus escuelas, en ruinas. La educación comienza por dignificar el trabajo docente y garantizar espacios seguros y adecuados para enseñar y aprender”, concluyó Peña.