El mundo cultural venezolano está de luto. Este domingo falleció a los 65 años de edad el cineasta Luis Alberto Lamata, uno de los directores más reconocidos y premiados del país, autor de películas emblemáticas como Bolívar, el hombre de las dificultades, Jericó, Azú, el alma de princesa, Desnudo con naranjas y Miranda regresa. Hasta ahora se desconoce la causa de su muerte.
Lamata no solo se destacó en el séptimo arte, también tuvo una amplia carrera en televisión, donde dirigió telenovelas como Topacio, Mansión de Luxe, Pobre negro, Gardenia, La vida entera y El árbol de Gabriel. Además, trabajó en comerciales, miniseries y producciones internacionales en México y Perú, consolidando una trayectoria polifacética.
El cineasta, quien estudió Historia en la Universidad Central de Venezuela, fue además profesor y productor, dejando huella en distintas generaciones de realizadores y estudiantes.
Reconocimientos y premios internacionales
A lo largo de su carrera, Lamata fue nominado al premio Goya y obtuvo reconocimientos en festivales internacionales de La Habana, Biarritz, Cartagena, Sochi y Trieste, además de haber participado en prestigiosos encuentros cinematográficos en Berlín, San Sebastián, Sundance y Montreal.
En Venezuela recibió el Premio Nacional de Cultura, el Premio Municipal, el Premio de la Crítica, el galardón de los Autores Cinematográficos y múltiples reconocimientos a mejor película, guion, dirección y premio del público en los festivales de Mérida, Margarita, Oriente y el Internacional de Caracas.
Reacciones y legado
El periodista Sergio Monsalve compartió la noticia a través de Instagram, destacando su calidad humana: “Todo el mundo tenía buenas palabras para él en el medio. Incluso, era de los pocos directores que no le huía a la crítica ni la menospreciaba. Más de una vez nos sorprendió con su sonrisa y seguridad después de alguna reseña negativa”, expresó.
Luis Alberto Lamata también fue conocido por su vínculo con la actriz venezolana Lourdes Valera, con quien estuvo casado hasta el fallecimiento de ella en 2012.
El cine venezolano pierde a una de sus voces más sólidas y coherentes. Con una obra que exploró la historia, la identidad y los conflictos sociales del país, Luis Alberto Lamata deja un legado invaluable para las artes audiovisuales de Venezuela y América Latina.