¿Cuál fue la relación de la Divina Pastora, con el Presbítero José Macario Yépez?
Es una interrogante que explica su visita a Barquisimeto un lunes 14 de enero de 1856. En primer lugar, cuando se enteró de la histórica equivocación del destino de dos imágenes religiosas. Una, la «Inmaculada Concepción» para la capilla de «Santa Rosa de Los Cerritos» la otra «La Divina Pastora» para el Templo de Barquisimeto que llevaba por nombre precisamente de la primera, resultando todo lo contrario, lo que motivó el reclamo del Vicario Felipe del Prado, resultando que se hizo posible mover la imagen de la Pastora y de su hermoso rostro se posesionaron los lugareños lo que fue aceptado por el Vicario como algo premonitorio. Pues bien, hasta allí acudió José Macario Yépez junto al también sacerdote caraqueño, José María Raldiriz, hasta que en una ocasión de sus visitas a «Santa Rosa de Los Cerritos» fuera increpado por el Jefe Civil del pueblo Cruz Luna, exigiendo un préstamo a la iglesia que había decretado el gobierno — era normal para aquel tiempo — para lo cual se negara Yépez, alegando que esos recursos eran para atender a los más necesitados feligreses
…»Ya basta Cruz Luna que el gobierno pretenda satisfacer sus demandas con dinero de la iglesia y de esa manera mantener sus tropas y contener al pueblo”.
Aquel incidente llegaría a oídos del gobernador Martin María Aguinagalde, con la acusación exagerada por parte de Cruz Luna de que, José Macario Yépez era enemigo del gobierno del Presidente José Tadeo Monagas que groseramente y delante de los ciudadanos despotrico del Presidente Monagas y en consecuencia, a esas instancias se presentó el asunto, que un funcionario del despacho del ministro del Interior Simón Planas se preguntó ¿Hasta cuándo jode el padre Yépez? que para el momento eran muy álgidas las relaciones entre el gobierno y la iglesia, y así se desprende de una carta enviada por el asistente del arzobispo Silvestre Guevara y Sira, fechada en agosto de 1853 donde le dice: “Las cosas han llegado a un extremo y que apear de mil esfuerzo nada ha pido conseguirse por su inusable obstáculo que presente el gobernó con motivo de la última ocurrencia de los 25 pesos del impuesto a usted…me ha prevenido su Señoría Ilustrísima, decir a usted confidencialmente subsigilo tenga la bondad de renunciar a la vicaría….
Al respecto era de esperarse la reacción de Yépez y así escribió en su diario: “Desde 1819 me había consagrado al ministerio de la religión Apostólica y Romana, abandonado incluso las posibilidades de una vida laboriosa en las tierras tocuyanas de mis padres para prepararme con tal esmero y dedicación que fui becado al Seminario Tridentino Santa Rosa de Lima de Caracas
Estábamos en el año 1853…
Jorge Ramos Guerra
