El gobierno venezolano calificó como un acto «hostil cargado de cinismo» y «propaganda» la nueva alerta de viaje emitida por Estados Unidos, en la que recomienda a sus ciudadanos no viajar a Venezuela debido a los riesgos de «detención injusta», entre otros.
«La República Bolivariana rechaza de forma categórica la nueva alerta de viaje emitida por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, un acto hostil cargado de cinismo, racismo y propaganda política, que busca alimentar la campaña de agresión permanente contra nuestro país», expresó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado publicado en Telegram.
Ante ello, acusó al gobierno de Donald Trump de «secuestrar, encarcelar y desaparecer a migrantes».
El comunicado señaló que dicha alerta «no busca proteger a nadie», sino que se trata de una «herramienta de guerra psicológica y desinformación».
«Venezuela es un país de paz. Quienes deseen visitarnos con respeto y espíritu de hermandad encontrarán siempre abiertas las puertas de un pueblo digno, soberano y en revolución», afirmó la nota.
Aunque la advertencia de viaje ya era de nivel 4 desde 2019, el gobierno de Donald Trump lanzó una reedición de la alerta para incluir otros riesgos que podrían correr los ciudadanos estadounidenses al viajar a Venezuela.
La alerta es particularmente enfática en que «existe un riesgo muy alto de detención injusta de ciudadanos estadounidenses en Venezuela».
Indicaron que según exdetenidos, así como organizaciones independientes de derechos humanos, los arrestados son «sometidos a tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes».
El Departamento de Estado recordó que desde marzo de 2019, la Embajada de Estados Unidos en Caracas suspendió sus operaciones y retiró a todo su personal diplomático. En consecuencia, todos los servicios consulares, tanto de rutina como de emergencia, permanecen suspendidos hasta nuevo aviso.
En marzo de este año, Venezuela emitió una alerta de viaje a sus ciudadanos que se desplacen o hagan tránsito por Estados Unidos debido a «los riesgos y condiciones» que, asegura, «podrían enfrentar en ese país», tras la reciente deportación de migrantes a El Salvador, bajo la Ley de Enemigos Extranjeros invocada por el presidente estadounidense, Donald Trump.