El Etna, el volcán más activo de Europa, ha entrado nuevamente en erupción durante la madrugada de este viernes, generando fuertes explosiones, una alta columna de humo y flujos piroclásticos que descendieron por su ladera sureste. La erupción, aunque intensa, no representa por ahora un riesgo directo para la población, según informaron las autoridades italianas.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) de Italia fue el primero en alertar sobre una “repentina variación de los parámetros volcánicos” a las 02:39 hora local (00:39 GMT), señalando un aumento significativo en la actividad sísmica y térmica en la zona del cráter sureste del volcán, ubicado en la isla de Sicilia.
Las imágenes captadas por cámaras térmicas del INGV confirmaron la presencia de flujos piroclásticos, es decir, mezclas de lava, gases y rocas incandescentes que descienden a gran velocidad por las laderas del volcán. La causa probable, según los expertos, es el colapso parcial del cráter sureste, lo que desencadenó la potente liberación de material volcánico.
Sin riesgo inmediato, pero con vigilancia activa
Pese a la magnitud del fenómeno, el material expulsado no ha superado el Valle del León, una depresión natural situada a unos 2.800 metros de altitud, que actúa como barrera natural para contener las coladas. Esta zona es habitualmente recorrida por excursionistas durante los ascensos al Etna.
El presidente de la región de Sicilia, Renato Schifani, señaló que “no hay peligros para la población en este momento” y que la Protección Civil mantiene un monitoreo constante del volcán. Por su parte, el responsable regional de este cuerpo de emergencia, Salvo Cocina, instó a la ciudadanía a “evitar la zona de la cima del Etna” hasta nuevo aviso, advirtiendo de una posible evolución del fenómeno.
Actividad estromboliana y temblores elevados
Los expertos del INGV detallaron que la actividad es de tipo estromboliana, caracterizada por explosiones intermitentes de intensidad moderada, aunque el temblor volcánico ha alcanzado niveles muy elevados. Además, se ha confirmado el surgimiento de nuevas coladas de lava, visibles incluso desde la ciudad de Catania, ubicada a las faldas del Etna.
A pesar de la actividad volcánica, el aeropuerto de Catania permanece operativo, aunque se mantiene en coordinación constante con las autoridades aeroportuarias por posibles emisiones de ceniza que podrían afectar el tráfico aéreo.
El Etna, con más de 3.300 metros de altura, es uno de los volcanes más estudiados y vigilados del mundo debido a su constante actividad. Su última gran erupción se registró en 2021, y desde entonces ha tenido episodios intermitentes de menor intensidad.
Las autoridades continúan evaluando la evolución del fenómeno y se espera un nuevo informe técnico en las próximas horas. Se recomienda a residentes y visitantes mantenerse informados a través de los canales oficiales y seguir las indicaciones de Protección Civil y organismos locales.