El estado de Florida ha iniciado el traslado de los primeros grupos de migrantes a un nuevo y polémico centro de detención temporal, al que se le ha dado el sobrenombre de «Alcatraz de los caimanes». La confirmación llegó la noche del miércoles a través del fiscal general de Florida, James Uthmeier, quien anunció en X la llegada del primer contingente.
Este centro, erigido en solo ocho días en un aeropuerto abandonado al oeste de Miami, forma parte del plan del Gobierno de Estados Unidos para llevar a cabo deportaciones masivas. Sin embargo, su puesta en marcha ha provocado una oleada de críticas y protestas por parte de más de 60 organizaciones civiles, tanto a nivel estatal como nacional.
Preocupación por condiciones y ubicación
Las principales preocupaciones giran en torno a las condiciones «inhumanas» del lugar y su particular ubicación en los humedales de los Everglades, un ecosistema de alto valor ecológico al sur de Florida, hogar de caimanes, pitones y una rica vegetación. Las organizaciones firmantes de una carta enviada a las autoridades locales señalan que el centro está «rodeado de hábitats sensibles» y plantean «serias dudas sobre cómo un sitio de este tipo protegería el debido proceso para los migrantes«.
Entre los interrogantes que surgen, se cuestiona si los migrantes tendrán acceso a abogados, si podrán recibir visitas familiares o si existirá una supervisión independiente sobre el trato que reciben dentro de las instalaciones.
Riesgo de inundaciones en temporada de huracanes
Otro punto de fuerte crítica es la celeridad con la que se construyó el llamado «Alligator Alcatraz», lo que ha generado incertidumbre sobre la calidad de las instalaciones y su preparación ante la inminente temporada de huracanes. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU. ha pronosticado que la temporada del Atlántico, que va del 1 de junio al 30 de noviembre, podría registrar hasta 10 huracanes y 19 tormentas con nombre, superando el promedio histórico.
Imágenes que circulan en redes sociales muestran grandes charcos en el suelo de algunas carpas del centro de detención, producto de una fuerte tormenta el pasado martes. Esta inundación coincidió con la visita al lugar del presidente estadounidense, Donald Trump, y el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis.
Aunque Kevin Guthrie, director ejecutivo de la División de Gestión de Emergencias de Florida, aseguró a los medios que el centro fue diseñado tomando en cuenta estas consideraciones y que cuenta con un plan de huracanes, las evidencias fotográficas y la preocupación de los activistas siembran desconfianza sobre la verdadera preparación de «Alcatraz de los caimanes» frente a los fenómenos meteorológicos extremos habituales en el estado.