Con un emotivo acto en el auditorio de Ascardio, el voluntariado “Damas de Rosado” celebró este jueves 10 de julio, su 37 aniversario, renovando su compromiso con los pacientes, la comunidad y el servicio desinteresado que ha marcado su historia desde 1987.
La ceremonia cargada de emoción y sentido de pertenencia, reconoció la labor y trayectoria del voluntariado en Ascardio, dedicado al servicio de sus pacientes. El acto se llevó a cabo en el auditorio de la institución, donde las protagonistas de esta historia renovaron su compromiso con el servicio a la comunidad.
La profesora Ana Fermín, actual presidenta del voluntariado, ofreció unas palabras que resumen el espíritu que ha guiado esta labor durante casi cuatro décadas.
“Hoy conmemoramos con mucho entusiasmo 37 años de servicio. Es un día muy especial para nosotras porque el equipo ha crecido. En nuestro voluntariado siempre estamos al servicio de la institución, de la comunidad y de nuestros pacientes”, expresó.
Fermín destacó que esta es una labor social que ha evolucionado junto con la institución. “Ascardio ha crecido, ha avanzado, y nosotras seguimos adelante por el progreso de nuestro país, de nuestro estado, con muchas ganas de seguir trabajando”, dijo durante su intervención.
Un voluntariado con corazón
Fundado en 1987, el voluntariado “Damas de Rosado” se ha convertido en un pilar fundamental para el funcionamiento humano y social de Ascardio. A lo largo de estos 37 años, han acompañado al personal médico, colaborado en eventos de recaudación, brindado orientación a los pacientes y familiares, y servido como un puente cálido entre la atención clínica y el acompañamiento emocional.
Este voluntariado está compuesto por mujeres de distintas edades, muchas de ellas con una amplia trayectoria en el servicio social, quienes dedican su tiempo libre al bienestar de los pacientes y al fortalecimiento de la cultura solidaria dentro del sistema de salud.
Nuevas generaciones con vocación de servicio
Uno de los aspectos más destacados por la profesora Fermín fue la participación de jóvenes voluntarias que se han sumado en los últimos años al equipo, demostrando que el relevo generacional en la labor altruista es posible y necesario.
“Estamos felices de ver cómo nuevas generaciones se integran con entusiasmo. Su energía y vocación garantizan la continuidad de este trabajo tan necesario”, aseguró.
Compromiso que inspira
La celebración incluyó reconocimientos especiales, palabras de agradecimiento y un llamado a seguir multiplicando la solidaridad como motor de cambio. En un contexto país donde la salud pública enfrenta grandes desafíos, iniciativas como la de las «Damas de Rosado» representan una red de apoyo invaluable que pone al ser humano en el centro.
Al cierre del acto, quedó clara una convicción compartida por todas las integrantes del voluntariado: seguir sirviendo con amor, alegría y constancia.
“Nos sentimos orgullosas de lo que hemos construido y de lo que seguimos soñando. Cada paciente atendido, cada sonrisa que damos, es una victoria para nosotras. Y lo hacemos con el corazón”, concluyó Fermín.
Durante el acto se reconoció la constancia de las voluntarias activas y se recordó con orgullo a quienes iniciaron este camino solidario, destacando a Enoe Riera de Paredes, fundadora y referente fundamental del grupo.