Gracias a la empresa Toyota de Caracas en nombre de todos nosotros la familia Niño Pérez, por haberle abierto a nuestra hermana Trinidad Niño P. sus puertas, cuyos aportes, conocimientos y experiencias le llevó cincuenta años al servicio de esta gran empresa. Gracias por la gran solidaridad y apoyo de ustedes hacia ella cuando en los cruciales momentos de su enfermedad más necesitó de una mano amiga. Gracias, muchas gracias.
Hermana querida: Atrás van quedando tus amorosos recuerdos, tus lejanas tristezas, tus sueños, tus esperanzas, tus aportes a la felicidad de todos, como también las cariñosas memorias que quedarán por siempre vibrando dentro de nuestro corazón como música, como sones de guitarra, de acordeones o de eolias arpas griegas…
Miro el tiempo y solo puedo recordar aquella casa, nuestra casa en la que ya no hay sino recuerdos, silencio y continuidad de todo allá fuera, como si el tiempo se hubiera detenido, dejando solo fragancias muertas, vidas que ya no están y ráfagas de viento que bajan de la montaña. ¿Qué ha quedado después de tanta vida? Un crujir de puertas y ventanas como si quisieran salirse de sus quicios y huir como huyen los pájaros en medio de las melancolías de invierno. Todo se nos fue mudando hoja por hoja, cambiamos, crecimos, envejecimos, se fueron los mejores días, se fueron las fechas, siempre estuvimos unidas hasta que nos fuimos separando.
Hoy recuerdo aquellos días en los que buscábamos en la memoria del asombro la revelación de nuestros pasos, los mismos que encontramos perdidos en los ojos de los abuelos que ya se nos habían adelantado. La fantasía de niñas nos envolvía como si todo fuera una magia, esperábamos entre caminos y casas decoradas por el alba, sitio en el que muchas veces nos quedamos esperando el canto del ruiseñor que en ocasiones llegaba tarde, cuando ya era hora de dormir. Desde donde hoy nos encontramos cada una de nosotras, seguiremos llevando sobre nuestros hombros buen cúmulo de lo que también formó parte de tu esperanza…
El tiempo es una ecuación indescifrable sin cálculo que lo concrete, seguimos siendo el avaro que se resiste a perder el camino de la fantasía, vivimos abrazados a los sueños, como se abraza el náufrago marino a la hirsuta roca para salvar su vida. Las bellas mariposas que ayer nos acompañaron, se van una tarde como se fueron muchos de los nuestros para nunca regresar. Desde muy pequeños empezamos a vivir lo que soñamos y terminamos soñando lo que vivimos.
Cuando los seres humanos son grandes no son hipócritas, porque la sinceridad es la base fundamental de su vida, así como todo lo que en ellos reside. La sinceridad profunda, grande genuina es la principal característica de los héroes. Mi personaje inolvidable logró elevarse sobre el nivel de los más bondadosos, de los más dedicados, de los más capacitados, de los más heroicos y decididos.
Vivió sola al final, sin depender de nadie para no estorbar, pero llegó la adversidad y dejó de ser ella para hundirse en las sombras. Solo unos pocos comprendimos su necesidad de luz humana ante la oscuridad que la hendía en sus crueles y aviesos laberintos…
Se repliegan los minutos, se repliegan las palabras escondidas en el silencio. Adiós hermana, arranca tus raíces y vuela libre, vuela alto y adiós, esa tu verdadera y última victoria. Descansa en paz.
Amanda Niño P.
