Tan sólo la decisión de hacer lo correcto puede sacar al país del sumidero al cual cayó. La única razón por la cual los venezolanos sobrevivimos a la peor crisis en materia de producción es que, habitamos en el Imperio petrolero más grande del mundo y esto, presuntamente, nos permite sustituir la producción interna con la importación.
Es ahora cuando la producción agropecuaria del país requiere el mayor de los esfuerzos para consolidar la ayuda que los productores necesitan, el estado Mérida y los estados llaneros requieren con urgencia una valuación de los daños ocasionados y de los que siguen ocasionado las torrenciales lluvias, no se ha cuantificado el número de familias; de personas afectadas, que perdieron sus enseres y hasta sus viviendas, siembras y/todo tipo de ganado.
En los sitios afectados, las personas se quejan que, después de las inundaciones que les obligó abandonar sus viviendas y unidades de producción, vino un robo y saqueo incontrolable que terminó por implementar el “CAOS”.
La confusión creada, pareciera, que tiene la finalidad de hacer de la situación actual algo irreversible y, el desorden que se instauró en materia de inseguridad jurídica, conlleva a la inseguridad personal y a la inseguridad en la preservación de las propiedades y sólo puede ser descrito en las películas que enseñaron al mundo la verdad del oprobio que acompaño a gobiernos desfasados, ineficaces, ineficientes y corruptos. Presumo, que es pertinente para el manejo o manipulación del hambre y la miseria de los más necesitados. Presuntamente, a mayor miseria, mayor dependencia de quienes ejercen el poder gubernamental; acompañado del entrenamiento militar, que se dice, ser para causar el mayor daño… al menor costo”.
El éxodo, a otros países, del talento nacional a nivel obrero, artesanal, técnico, educativo, profesional y científico, por ahora, es incuantificable, más aún, hay países que se jactan y pregonan que su desarrollo lo están logrando con conocimientos y capacitación de personal venezolano; el cual ha huido del país execrados por un sistema impuesto, supuestamente, de manera inconstitucional, con leyes desfasadas aprobadas manipuladamente a pesar del rechazo nacional a la reforma constitucional, en referendo consultivo; coartando la libertad de desarrollo del talento probo, que es a quien deberíamos apoyar.
“Un cambio en lo general requiere de un cambio en lo particular”.
Mahatma Gandhi
Definía Gandhi, el alma grande de la India, el Mahatma, que había siete peligros a la virtud humana:
“Riqueza sin Trabajo”. Quienes se enriquecían sin trabajar eran denominados delincuentes. Los había comunes, miembros del crimen organizado o, simplemente delincuentes de cuello blanco.
El bien siempre ha tenido métodos de defensa, por eso fueron creadas la Contraloría, la Fiscalía y la Procuraduría de la República; el Tribunal Supremo de Justicia y los organismos policiales; al servicio del Ministerio Público. Debe evitarse que, en el imperio petrolero más grande del mundo se confisque el éxito, el trabajo productivo y se premie la ineficiencia y la ineficacia que sirve de nido a la pobreza.
“Placer sin Conciencia”. También era denominado inmoralidad. No sólo es el placer generado por la que se conoce como la más antigua profesión. El placer que genera la corrupción a quienes la cometen les condena por ser presumida como una violación a los Derechos Humanos ya que, los bienes mal habidos generalmente se han destinado a cubrir insuficiencias de los más necesitados.
“Conocimiento sin Carácter”. En términos comparativos podría analizarse conjuntamente con las palabras del Libertador, Simón Bolívar, cuando expresó:
“El talento sin probidad es un azote”.
La anarquía ocasionada por la manipulación de las leyes causa delitos que pueden ser calificados hasta de homicidios culposos. Expropiaciones, confiscaciones, hurtos, robos y atracos… Supongo que, algunos de ellos legalizados de manera inconstitucional, se pueden catalogar como genocidios y/o Apartheid.
“Negocios sin Ética”. Las generaciones de nuestros ancestros se jactaban de que los mejores negocios se hacían con un apretón de manos y la mirada firme. Es fácilmente comprobable el enriquecimiento ilícito, perdónenme la expresión, pero…
“Los números no paren”.
La riqueza pronta, generalmente, tiene su origen en negocios sin ética… ilícitos.
“Ciencia sin Humanidad”. Según algunas leyendas, Albert Einstein, una vez expresó:
“No sé con qué van a pelear en la Tercera Guerra Mundial, pero después de ésta, la próxima la pelearán con arco y flecha”.
“Religión sin Sacrificio”. Es la máxima de quien pregona falsas creencias. El doble pregón del Cristo inexistente y no de aquel que cuando echó a aquellos mercaderes defendió la propiedad que su padre tenía sobre el templo o, de la interpretación, manipulada, sobre la parábola del camello y el ojo de la aguja.
“Política sin Principios” desde siempre he creído y pregonado que la política debería ser la profesión más digna de todas.
No debemos olvidar que: Cada Amanecer Origina Soluciones, C.A.O.S.
Maximiliano Pérez Apóstol