El Colegio Rioclaro, una de las instituciones educativas más emblemáticas de la región, ha celebrado su medio siglo de existencia. Con un evento conmemorativo, se rindió homenaje a un camino de cinco décadas dedicado a la educación y a la formación de ciudadanos.
El fundador de la institución, Alfredo Pérez Febres, destacó la importancia de este aniversario, que marca la mitad de una vida en la historia del colegio. Para Pérez Febres, el verdadero éxito radica en las «varias generaciones» que han pasado por sus aulas, un trabajo que ha contribuido a la formación de familias. «Como son las familias, son los países», afirmó, resaltando la premisa de que una sociedad próspera y sana es el resultado de la educación en el hogar y en la escuela.
De esta manera subrayó que la formación completa de un individuo se basa en tres pilares fundamentales: lo académico (la inteligencia), lo humano (la voluntad y el querer), y lo afectivo. Estos elementos, en conjunto, dan forma a una «persona humana» con una «madurez espectacular».
Por su parte, el director general, Eduardo González, describió este aniversario como un motivo de agradecimiento y un momento de introspección. González hizo hincapié en el compromiso de la institución de honrar el legado de sus fundadores y de asumir la responsabilidad de ser una «plataforma para las personas».
La misión del colegio, explicó, no se limita a sus estudiantes y sus familias, sino que se extiende a la comunidad en general, tanto de forma directa como indirecta.
González enfatizó la responsabilidad social que guía a la institución, que se manifiesta en su labor de solidaridad con los sectores más desfavorecidos. El propósito final, según el director, es el servicio.
«Hemos aprendido desde los primeros: servir a las familias… pero también a toda la comunidad», concluyó, consolidando la visión del colegio como un pilar en la sociedad que busca trascender las aulas para impactar positivamente en su entorno.