Cinco miembros de la Compañía Profesional de Folklore y Tango Argentino asistieron ayer a la Fundación Juan Carmona, para conducir un valioso intercambio cultural.
La arquitecta Alicia Feaugas de Carmona ofreció las palabras de bienvenida. Indicó que el Taller de Folklore Argentino es un logro gracias al convenio suscrito con la Escuela de Danza Kambalache, dirigida por el profesor Germán Izarra.
Los bailarines Romina Moreno, Roxana Sosa, Diego Fiore y Pablo Fernández llegaron de la provincia de Mendoza, acompañados del maestro Rubén Tito Vega.
La Sala Alternativa sirvió de escenario para que el público local se acercara a la expresión más popular de Argentina, después del tango. Se trata de la chacarera, baile vivaz, ágil, picaresco y festivo.
“Es un baile de pareja suelta que tiene un encuentro al final. Nació en Santiago del Estero y se divulgó en todas las regiones hasta cobrar su forma”, precisó Fiore.
Si bien ese país se distingue por tener bailes con parejas “enlazadas”, la chacarera guarda conexión especial. Es un juego de amor y cortejo, definido por miradas y gestos entre el hombre y la mujer, agregó Fernández.
Los bailarines compararon la chacarera con el joropo. El hombre ostenta fuerza, la mujer sutileza.
Como todos los bailes de Argentina, dijeron, tiene una estructura básica. No hay elementos ajenos al cuerpo, sólo la falda en la mujer.
La fórmula de esta expresión es similar a la del vals, añadieron. Tiene pasos largos y cortos, seguidos de giros, vueltas, zapateos y zarandeos.
“En tres minutos debemos contar una historia y mostrar lo que sentimos”.
Moreno y Sosa invitaron a los participantes a sentir cada paso de la chacarera. Fue una experiencia que mezcló la teoría, práctica y conexión. La delegación compartió numerosas herramientas para recrear la chacarera.
Más allá del tango, cultivaron otra tradición autóctona en la capital musical.
Viaje de movimientos
Luego de honrar la segunda expresión más popular de su país, las dos parejas regalaron al público una muestra de chacarera, zamba, tango libre y milonga.
Hicieron un recorrido por Argentina y su cultura a través del movimiento.
El profesor Izarra se sumó al espectáculo y demostró que los guaros “bailan con soltura, al mejor estilo porteño”, como lo aseguró el maestro Tito Vega.
La danza fue el idioma entre dos naciones
Izarra declaró que Venezuela debe seguir el ejemplo de Argentina y honrar sus tradiciones. Así como ellos enseñan sobre la chacarera, zamba y otros géneros, necesitamos impulsar el joropo, por ejemplo, acotó.
Desde la Escuela de Danza Kambalache han logrado llevar los ritmos autóctonos a otros lugares, comentó.
“¿Por qué no sacar nuestro folclor”, reflexionó el director.
Próximamente la institución con sede en Barquisimeto regresará a Mendoza y espera compartir con los extranjeros todo sobre las danzas nacionalistas.
La cultura debe ser levantada por los propios ciudadanos, sin su apoyo no podrían permanecer las tradiciones, reiteró.
