Por la puerta del sol – Padre Nuestro

-

- Publicidad -

Tú que estás en el cielo que todo lo puedes, que todo lo ves, que todo lo sabes; hoy es el día de aquellos que te llevaste de este mundo, los que están a tu lado en algún lugar del cielo o en el sitio que les haya sido asignado.
Hoy no solo es el día de los difuntos, también es la celebración del cumpleaños de mi cuñado Alfonso Victoria C. a quien deseo viento a favor, feliz y larga vida allá en su querido Valle del Cauca.
Hoy como cada 2 de Noviembre llevaremos a la sepultura de nuestros seres queridos oraciones, recuerdos y flores de cariño. Hoy es el día en el que recordamos más que nunca que somos efímeros, breves, perecederos, que la muerte es tan antigua como el mundo. Desde fuera del propio tragaluz nos llega la vida salpicada de auroras y ruidos que impulsan a hacer camino, estremecen el tiempo y también los vestigios.
Padre Nuestro Tú que estás en el cielo, que defiendes el aire que mece los retoños, que nos atrapa el corazón cuando pones la sonrisa en el recién nacido, que reparas las palabras sílaba a sílaba, desbaratas los imposibles y permites bordar con optimismo el camino, defiende nuestra fe, esperanza y albedrío.
Santificado seas por siempre en el amanecer y en cada noche, en el nacimiento y en la muerte, en la celebración y en el silencio, en la victoria y en la derrota, lo seas en el pan de cada día, en la cercanía y también santificado seas en la lejanía.
Bendito seas al permitirnos las fuerzas y la vida para seguir luchando, bendito por permitirnos hasta la culminación de los años tener un techo seguro y el amor para hacernos todo llevadero.
Danos el pan de cada día, renueva nuestras fuerzas, fortalece nuestra fe, perdónanos y enséñanos a perdonar a quienes nos han hecho daño, ilumínanos para aplicar cada día el enorme mensaje que en el Padre Nuestro nos dejaste.
Danos el consuelo de tener trabajo para subsistir, cuida de nuestros hijos tan amados, cuida de los que no tienen nada, de la viuda, del huérfano, del viejo, cuida del enfermo mental al que ignoran iglesia, gobierno y sociedad en general.
No nos dejes caer en la tentación, líbranos del mal, de los odios, del miedo, de la enfermedad, de la cárcel, líbranos de la plaga humana que daña y destruye nuestro ambiente, líbranos del fanatismo religioso y político.
Permite que cuando caigamos en el tiempo, rendidos y muertos, no suframos por lo que dejemos atrás y sean tu rostro y la fe segura compañía en el final.
Padre Nuestro que estás en el cielo, libéranos de la ansiedad, del miedo a morir, del terror de saber que un día tenemos que dejarlo todo, que la flor de nuestra vida sucumbirá…
Cuando el viento del tiempo nos haga tambalear y los años hagan más pesada nuestra cruz, cuando el ánimo nos abandone y se esfumen los tules celestiales de nuestra tarde, ayúdanos Dios a aceptar que es normal morir como vivir. Todo se va irremediablemente, igual lo bueno como lo malo, se van los sueños, se va la salud, se va el odio, los apegos, ambiciones, lujurias, ternuras, alegrías, amor, poder y esperanzas. El viento del tiempo todo lo muda, lo oxida y lo acaba. Unos creen que no volveremos, otros que las aguas de la vida volverán en la pleamar del tiempo. Qué más da si volvemos o no. La vida es ahora, no ayer ni mañana; le corresponde hacer su oficio, despertar cada mañana como lo hace natura que madruga a reverdecer en las selvas, a reventar retoños, a llenar los nidos, a despertar de las aves sus conciertos. A nosotros nos toca seguir en el ruedo haciéndole el quite a todo, lidiando y viviendo, creciendo, aspirando, soñando.
Nuestra esencia sigue intacta, seguimos siendo los protagonistas de la vida, por tanto debemos seguir, encarar la tarea de estar hasta el final con la maleta lista, porque con ella o sin ella  igual tenemos que irnos un día…
Mientras respiremos, tengamos ideas, haya fuego en el alma y en los sueños ardor, no podemos darnos el lujo de rendirnos. Todavía estamos aquí, aún hay tiempo para cambiar y dejar al menos la oportunidad de que nos recuerden con amor y alegría.
Pese a todas dificultades y a todas las esclavitudes de la existencia que tengamos que padecer, solo se vive una vez: “No permitamos que la vida se nos vaya sin haberla vivido contentos aunque sea solo un instante”. (Walt Whitman)
Ellos se fueron, a nosotros nos toca seguir fluyendo como el agua siempre hacia adelante hasta que Dios quiera.
Descansen en paz nuestros muertos. Amén.
[email protected]

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

- Publicidad -

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -