Elecciones mexicanas y los jinetes del Apocalipsis

Las recientes elecciones en México, afirmaron la voluntad democrática de América latina, pero también la necesaria alternabilidad en la búsqueda de soluciones a problemas que parecen imposibles de solucionar, es el caso de la inseguridad, la violencia, la ineficacia del estado, la complicidad de los cuerpos policiales y militares, la corrupción política y financiera. El PRI regresa después de 71 años de estar en el gobierno y dos sexenios en la oposición, pero vuelve renovado con un presidente joven como Enrique Peña Nieto de 47 años. El 38 % de los votos le impide al PRI su actitud hegemónica y dictatorial, tradicional de este movimiento, porque tanto el PRD como el PAN son mayoría en la oposición y servirán de contrapeso político al necesario equilibrio democrático y pluralista que todo país necesita. Por primera vez un Partido Verde Ecológico en América latina, comparte el poder al acompañar al PRI en la formula electoral.
En México el Narcotráfico y la Delincuencia Organizada han construido un estado paralelo con la producción, trafico y consumo de las drogas, especialmente marihuana, cocaína, opio y drogas sintéticas. El 80% de Cocaína de Sur América utiliza el corredor Mexicano y la amplia frontera para introducirla a Estados Unidos, particularmente ahora con la mayor vigilancia en el Pacifico y en las Antillas. Más de cien mil mexicanos trabajan con ingresos entre 15 y 30 mil millones de dólares en el mercado de la droga, con influencia política y complicidad policial. E 12 de 32 estados el crimen organizado determina la política, en los viejos tiempos del PRI ese partido manejó la economía y la política de la droga con anarquía y pragmatismo,Hoy se presenta con un nuevo rostro y un nuevo programa.
En estas elecciones mexicanas, el compromiso fundamental de todos los candidatos fue el de una respuesta adecuada y llegar a acuerdos frente al drama del narcotráfico y su consecuencia en México.
México en la nueva división del trabajo de la delincuencia mundial tiene la atribución de la comercialización de la droga, frente a la producción en el caso de la cocaína de Colombia y el consumo en Estados Unidos. También ha importado la cultura del Opio Asiático y utiliza las experiencias de los nigerianos para el transporte. Además de la referencia de los paraísos bancarios y fiscales con mercados opacos. Ya no es el modelo piramidal de las mafias tradicionales sino son las diásporas interconectadas con nuevas expresiones como las triadas chinos,  las fraternidades Rusas o las mafias italianas.
A propósito del caso Mexicano, la droga se ha convertido en el primer mercado de materias primas. Según el FMI el ingreso del crimen organizado supera el billón de dólares al año, que equivale entre el dos y el cinco porciento de ingresos del planeta. Todo esto facilitado por el lavado de dinero. Según la ONU se blanquean mil millones de dólares cada día en las metrópolis y periferias de la criminalidad mundial, con redes y actores, aprovechándose de la apertura de las fronteras y la nueva tecnología de la comunicación. Nuevos jinetes del apocalipsis cabalgan con el Narcotráfico, el Terrorismo, la Delincuencia Organizada y la Corrupción, en el caballo del Dinero Negro y el Reciclaje, en muchos casos con fachadas legales y la fusión entre la economía legal y el crimen. Solo en las Islas Caimán con 20 mil kilómetros y una población existente de  55 mil habitantes funcionan 570 bancos, en Austria con 32 millones de personas se registran 8 millones de cuentas cifradas. Quedaron atrás las tradicionales Mafias Sicilianas o la Camorra de Campania N¨dragheta de Calabria, que por cierto por la vinculación con la política Italiana destruyeron el sistema institucional en ese país con el fin de la Democracia Cristiana.
En el siglo XXI además de los desafíos  del Calentamiento Global, la Proliferación Atómica y el Armamentismo, el Crimen Organizado y la delincuencia Trasnacional constituye el mayor reto a vencer con una nueva gobernanza del planeta y un nuevo Derecho Penal Internacional, mas allá de los crímenes definidos en la Corte Penal Internacional. Estos nuevos jinetes del apocalipsis como el Terrorismo, el Narcotráfico, la Delincuencia Trasnacional y la corrupción exigen un nuevo Derecho Penal Nacional e Internacional fundamentado en la ética y los valores  y en  el imperativo de la libertad y la justicia. Tenemos que superar el denominado el “orden incivil o el desorden mundial del crimen”. México y todos nosotros debemos ir en esa dirección.