Moneda y sistemas de pago son ineficientes ante necesidad de los venezolanos

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Desde hace varias semanas Joaquín Camacho, buscaba un boleto aéreo al exterior. En el aeropuerto no lo pudo adquirir. Acudió a la oficina comercial de una aerolínea y, luego de largas horas en una cola esperando ser atendido, le consultaron cuál sería su modo de pago.

Cuenta con par de cuentas bancarias, una de la banca pública y otra de la privada. Ese día supo que ni siquiera usando ambas Tarjetas de Débito (TDD) alcanzaba a pagar el monto, puesto que el uso por punto de ventas también mantiene un tope, el cual parece insignificante ante los costos actuales.

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Esto sin contar que el límite de las tarjetas de crédito, desde hace varios meses no es ajustado a la realidad de los costos.

Silvia Méndez también sufrió la limitación de los mecanismos de pago. Tras un acuerdo familiar, varios miembros aportaron dinero para adquirir una cocina para el hogar. El valor de la elegida era de Bs. 227.040. Sin embargo, el monto de operación diaria por punto de venta era de Bs. 200.000. Debió pagar el monto restante con Tarjeta de Crédito (TDC) y luego pagar el instrumento.

Los desequilibrios en el sistema de precios y de pago están a la orden del día. Los Bs. 5.000 que permiten retirar diariamente los bancos por telecajero ni siquiera son suficientes para comprar la charcutería de una semana para una familia de cinco miembros, sumado a que las habituales compras de verduras y hortalizas, ya no se pueden realizar con dinero en efectivo. Ahora hasta los fruteros, requieren (y algunos tienen) puntos de venta.

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La inflación aplasta el cono monetario

En 2015, el Índice de Precios al Consumidor (Inpc) cerró con una variación de 180 % y aunque el Banco Central de Venezuela (BCV) no ha publicado cifras actuales sobre este respecto, instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) estiman que el valor supere el 700 %. Los precios incrementan de manera acelerada y cada vez los bolsillos y los instrumentos de pago se hacen más pobres e ineficientes.

Al respecto, fue consultado Orlando Zamora, analista económico y exjefe de la Dirección de Análisis de Riesgo Cambiario del BCV, quien manifestó que los “gravísimos desequilibrios” de los cuales ha sido objeto la economía, han afectado de forma directa los medios de pago.

Agregó que el impacto del proceso hiperinflacionario en algunos casos es directo, por lo cual la moneda se aprecia devaluada y cada vez se requiere más dinero o mayores montos para concretar transacciones.

Las dificultades están a la orden del día. Cuando las personas acuden a las instituciones financieras, se encuentran con un cono monetario insostenible, que no sustenta los niveles de los precios. Recordó que el billete de mayor denominación, de Bs. 100, también ha quedado desfasado y cada vez tiene menos capacidad de compra.

El comentario coincide con lo expuesto por Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Consumidores y Usuarios (Anauco), quien sostiene que el verdadero problema en este esquema es “el valor de la moneda”.

Comentó que la desactualización del cono monetario, obliga a los ciudadanos a hacer un mayor uso de las TDD, necesaria para realizar pagos en la verdurería, el taller mecánico, la clínica y hasta la agencia de viajes. Estas limitantes, afectan los derechos de usuarios y consumidores.

No obstante, el Gobierno nacional se ha negado a colocar en circulación billetes de mayor denominación, que permitan realizar las transacciones, comenta Zamora.

Complejo año para todos

El BCV manifestó que el 2016 ha sido un año complejo para la banca, ya que se ha reducido la liquidez, además que han asumido problemas de costos por inflación. Recordó que también deben pagar en moneda extranjera los repuestos de los telecajeros, franquicias y otros.

En tal sentido, han encarecido los créditos que no están regulados, y mantienen normas de comportamiento, a fin de evitar caer en una situación más compleja.

Expresó que los bancos contaban con ingresos del Estado, a quienes más le prestaban y compraban bonos, pero se han presentado limitantes sobre este respecto, ya que el Estado también tiene problemas para emitir deudas, lo cual, igualmente se refleja en el sector bancario.

Manifestó que en un esquema económico sano, los bancos estimularían el consumismo, al actuar como auxiliares de pago que brindan beneficios con las inversiones e instrumentos financieros. Fue enfático al señalar que el rol de los bancos es fundamental en el desarrollo económico de un país, al educar a la sociedad, canalizar sus requerimientos y atenderlos de manera oportuna.

Acotó que la negación u obstaculización de los créditos reflejan el temor de los bancos de verse involucrados en una crisis de insolvencia y problemas de morosidad.
Puntualizó que tanto los servicios públicos como privados se hacen ineficientes, al reflejar parte de la crisis actual.

Las razones de la dosificación

Sobre las limitantes en los mecanismos de pago, León Parilli refirió que anteriormente los bancos asignaban a sus clientes más destacados TDC por montos de Bs. 200 mil, lo cual representaba una altísima suma de dinero y una gran responsabilidad. Sin embargo, hoy día, la cifra no alcanza ni siquiera para una Canasta Alimentaria Familiar, cuyo valor es superior a los Bs. 400 mil.

Expresó que las líneas de crédito están desactualizadas y limitadas, motivado a la pérdida del valor de la moneda.

Sobre los riesgos que corren los bancos al aumentar los límites de las TDC, Zamora explicó que a pesar de que los bancos grandes han hecho ligeros aumentos, estos deben enfrentarse a los mismos problemas a los que se resiste el ciudadano común. Sin embargo, ellos tienen mayor respaldo y maniobrilidad, a diferencia de quienes dependen del pago de una nómina.

Señaló que los bancos han solicitado al BCV que reestructure los montos por tarifas, comisiones y han presionado, a fin de que las tasas de interés sean mayores.

Asimismo refirió que si los bancos aumentaran los límites de las tarjetas de crédito, en la práctica, estimularían que los ciudadanos les trasladen los costos, los cuales asumirían en un dificultoso escenario. Indicó que aunque la morosidad actual en TDC no es alarmante, resulta preocupante en algunas instituciones.

En este sentido, los bancos promueven el uso de las transferencias electrónicas, porque a su vez la capacidad de atención al público está desbordada, razón por la cual los venezolanos viven un día a día con condiciones desfavorables, entre estas, de largas colas en los bancos.

-Afortunadamente los sistemas electrónicos son los que están dando la cara… Vivimos un momento especial, en términos de lo difícil que es cancelar una compra. Los salarios ya no responden ni compensan los aumentos de los precios.

Limitan el dinero de sus clientes

Zamora expresó que la limitación en el monto de uso de la TDD, tanto en puntos de venta como en telecajeros, ha sido una característica recurrente de la banca pública, en especial del Banco de Venezuela, lo cual podría “obedecer al deseo, como portavoz del Gobierno, de desestimular el consumo, a viva cuenta de que es el primer banco receptor de fondos públicos”.

-Al ser el más importante banco, el sector oficial lo usa para el manejo y administración de recursos, hace que actúe como un ente que estimule o desestimule el consumo.

Recordó que este banco también registra problemas de flujo y manejo de recursos, no porque tenga problemas de insolvencia grave, sino porque tiene atender requerimientos tan masivos que hacen que la institución limite sus servicios.

Indicó que es una de las pocas instituciones que realiza esta práctica, pero algunas entidades bancarias tampoco han aumentado los montos de retiro por telecajeros a Bs. 5.000 en su mayoría.

Zamora comentó que la intención de los bancos es que las personas no retiren cuantiosos montos que los dejen al descubierto en sus operaciones habituales, ya que también asumen gastos permanentes.

Parilli recordó que los usuarios pueden solicitar el incremento en el límite de sus TDD. Sin embargo, cualquier monto no resolvería el problema de fondo: la devaluación de la moneda, los costos son elevados y los gastos incalculables, por lo cual los venezolanos tampoco cuentan con suficientes recursos para pagarlos.

Es de recordar que motivado a los límites de retiro por telecajero, en Venezuela ahora se “compra dinero en efectivo”. Algunos comercios prestan el servicio de “adelanto en efectivo”, que consta de solicitar un monto en específico y pagar del mismo retiro un porcentaje (entre el 6 % y 12 %) al establecimiento.

Telecajeros sin efectivo suficiente

El exjefe del BCV recordó que los retiros bancarios de la actualidad son masivos. Las personas realizan cada vez más operaciones y se debe tener paciencia al realizar, por ejemplo, una cola de telecajero. El dinero no alcanza y deben usar varias tarjetas y operar varios retiros, ya que el sistema está pervertido.

Indicó que en situaciones de apremio, establecimientos como las panaderías, solicitan pagos en efectivo, a fin de no perder tiempo o no asumir las comisiones y otros costos que reducen sus márgenes de ganancia. En inflación, el propósito de toda persona o negocio es obtener el mayor número de fondos, a fin de palear la inflación.

Expresó que un Estado responsable deberá detener la situación de manera inmediata, intentando aplicar medidas de largo plazo que den certidumbre a las transacciones, ya que los incrementos en los costos no se detendrán.

 

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