No solamente soy orgullosamente afrodescendiente, sino que tambien proclamo que tal vena genética se me vino encima por estar emparentado yo con una negra, esclava liberta, de origen martiniqueño (y no nacida en Pampatar, como señala algún historiador confundido) quien atendía al nombre de Ana Cleta Laborí, heroína de la Independencia, de quien se decía, en su época, que además de hermosa, era una verdadera borrasca libertaria y revolucionaria, ella fue mi tátarabuela.
Cuando en 1815, el todavía Coronel Juan Bautista Arismendi comisiona a mi tátarabuelo, el para entonces Capitán de Artillería, Felipe Villalba Frontado, al mando del Castillo de San Carlos de Borromeo, en Pampatar; para que se trasladara, en la “ La Tía Maria”, nave de su propiedad, hacia Guadalupe y Martinica, en busca de un parque para armar las fuerzas patriotas de la isla en aquel momento; El tátara no solo cumplió la misión con excelencia, sino que se trajo en la goleta a su futura esposa y al resto de sus parientes libertos de la Martinica.
De esa unión nacieron Josefa, Pedro Segundo, Margarita, Felipe, Santiago, Juana Buenaventura, Silveria y Elías, mi bísabuelo, padre de mi abuelo Jovito Villalba Roblis, padre de mi padre: Jovito Vllalba Gutierrez, todos blancos niveos, no orilleros, casi albinos diria yo.
Pero resulta ser que Josefa es seducida por Pedro Maneiro, nieto del prócer Manuel Placido y de esa unión bastarda nace el posteriormente General liberal, Donato Villalba, quien no es reconocido por su padre y por ello solo lleva el apellido de la madre.
Donato era lo que en genética se conoce como salto atrás, es decir, que nació con tez mas que morena y el pelo crespo, características raciales de su abuela mas no de las de su madre quien era tan blanca como Maneiro.
Los Villalba de Margarita siguieron cruzándose con blancos y hemos devenido en negros orilleros, es decir, en blancos que no resisten el sol y que tienen lo que, dermatológicamente, se conoce como: piel numero uno. La peor de todas.
Pero los descendientes de Donato que, además de guerrero bragado, era un respetable semental, casi todos nacieron en tierra firme del estado Sucre y cruzándose con personas de raza negra, más abundantes en esa región del país que en Margarita, han acentuado en ellos los rasgos y caracteres raciales del semental, mi bisatío Donato. Asi pues, soy tan primo racial de los Villalba negros de Sucre como de los Villalba blancos de Margarita.
Esta crónica que hasta ahora no habría pasado de ser una curiosidad genealógica en una familia cualquiera de la Venezuela multirracial y democrática que habíamos venido construyendo. Viene a cuento, ahora, porque desde las alturas del poder se intenta exacerbar odios y diferencias las cuales habiamos venido superando en lo social, con el estimulo de un Estado cuya orientación democrática nunca dio cobijo al racismo del actual gobierno, menos aun a la de algún trasnochado e insignificante ario del Faccio, cual si es el caso del Sr. Cabello, quien oculta sus culpabilidades de viejo discriminador, tras las poses de un pacotillero, “US made, Pantera Negra”.
De todas formas, no tienen manera de evitar la inmensa derrota que les viene el 7-O y la inexorable entrega del poder al presidente Henrique Capriles Radonski porque el prestigio de Chávez es un prestigio que desapareció.
