La educación venezolana va derecho al precipicio porque todos los actores que la integran están dándole como piñata de fiestas pueriles.
Cada uno busca la forma de alcanzar las mejores chucherías, golosinas, dulces y más aun, no importa para nada que los estudiantes cumplan con su cronograma de actividades, nada tiene que ver con los intereses de los equipos participantes en el convite educativo.
Aquí nadie vela por los demás, los actores cumplen muy bien su rol de eso no queda la menor dudas.
Las rémoras existentes desde la época de la democracia representativa han impedido que los estudiantes, alumnos, participantes, triunfadores, vencedores u otras denominaciones salgan preparados para enfrentarse a la realidad circundante de un país convulsionado por la violencia en todas sus manifestaciones.
La enseñanza está de capa caída y cada vez más se aleja de su verdadero significado u aplicación la cual representa la formación actitudinal del ser humano, de los ciento ochenta días de clases activas nadie lleva el porcentaje que de veras se da, por la cotidiana perdedera de actividades por cualquier causa ahora con la seuda democracia disque participativa y protagónica se agudizó dicha problemática.
Es así, como a la flojera mental del estudiantado y a sus trucos para poder pasar sus evaluaciones, se le añade la diatriba política, que hace que el lapso educativo, jamás se cumpla a cabalidad y nadie pone correctivo, más bien se agregan otros inconvenientes que forman un circulo vicio y que se desarrollan cual espiral.
Ahora cualquier persona es bachiller, técnico u profesional, de ahí, se dice a viva voz que esta es la masificación no importa la calidad sino la cantidad, total hoy no se toma en cuenta el saber por eso uno ve muchos profesionales que no están en condiciones de redactar una simple nota o articulo por sí mismo. Por lo tanto, suerte te de Dios, que el saber no te vale para nada tremenda consigna «revolucionaria».
Los números para estas personas es como un monstruo que lo pasaron, quien sabe cómo, las operaciones más simples de las matemáticas son un verdadero quiebre de cabezas para ellos, sin embargo hay que pasarlos por órdenes superiores se les da infinitas posibilidades hasta que cansados los involucrados aprueben sus materias total el comunismo tiene que captar de alguna forma sus seguidores.
Es pura pantomima cuando nombran a Simón Rodríguez, Andrés Bello u otros maestros de la hermosa historia venezolana, por eso vemos con asombro la demencia grotesca de los gobiernos, los dirigentes sindicales, los educadores y otros personajes pertenecientes de un modo u otro a la estructura educacional. Al fin y al cabo mientras vaya viniendo se va viendo es la sesuda filosofía que siguen estos, «ilustres» personajes por eso vamos directo al precipicio educativo. Dios nos agarre confesados.