El triste papel jugado por el Gobierno de Venezuela en la recientemente celebrada, cuadragésima segunda asamblea general de la OEA, en Cochabamba, Bolivia, fue dirigido a preparar la opinión publica nacional y continental para un eventual retiro de Venezuela, de dicho organismo.
El ataque a la organización no fue frontal sino que se dirigió hacia el flanco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la cual es la institución que más les inquieta de manera inmediata.
En el fondo, lo que realmente les preocupa es la Carta Democrática de la OEA, cuya vigencia actual y los desarrollos previsibles y anunciados por los capitostes de la narcodictadura que nos desgobierna, podrían exponer al país a una eventual y no deseada intervención del organismo para restituir en el país los genuinos valores de la democracia conculcada.
En su carrera desaforada, pretendiendo conservar el gobierno unipersonal, autocrático, autoritario, dictatorial y sin balance de los otros poderes, por los siglos de los siglos; Chacumbele utiliza a sus títeres del ALBA: Correita, Orteguita y Moralito, para configurar un grupo de supuestos luchadores por los derechos humanos, escudandose, como lo han hecho todos los dicatdores del mundo y de todas las epocas, tras los supuestos principios de la soberanía.
Creen los pupilos de Fidel y Raúl que a este país se lo puede engañar de la misma forma como ellos, hace cincuenta años, engañaron a los cubanos y nos engañaron a unos cuantos pendejos no cubanos, quienes hemos renunciado a seguir siendo utilizados, asumiendo la denuncia de todas y cada una de sus manipulaciones políticas.
Asi como no tiene idea del negocio petrolero, Ali José Rodríguez Araque tampoco tiene moral para asumir papeles de juez en materia de Derechos Humanos y él sabe porque lo digo. Mucho menos para pretender que los veedores electorales del ALBA se presenten como sustitutos de los de la propia OEA, o los de la Unión Europea, o de Naciones Unidas.
Con tales iniciativas están solo preparando el entorno necesario para que el 7 de octubre puedan culminar exitosamente este gigantesco fraude electoral que adelantan día a día con la complicidad de Sor Tibisay Lucena y su coro de chicas místicas.
Nadie en la oposición desea una intervención de fuerzas extrañas al país, pero hay que dejar constancia desde ahora que: además de la grosera presencia cubana en el ejercito, el gobierno adelanta políticas provocadoras, para después echarse al piso en plan de «pobrecito yo» culpando a la oposición, al mundo y al imperio, de lo que aquí pueda pasar. Hay que adelantar que los únicos responsables de tal desgracia serian ellos y solo ellos, los acólitos irredentos de Hugo Rafael Chávez Frías.
De cualquier forma, el domingo 10 de junio, con la inscripción en el CNE de la candidatura del próximo presidente de Venezuela Henrique Capriles Radonski, quedó evidenciado que el prestigio de Chávez es un prestigio que se fue y que nunca mas volverá.