Antes del descanso decembrino, las actividades académicas fueron suspendidas en la Escuela Bolivariana Catalina de Romero del caserío Chorobobo, ubicado en el municipio Palavecino, motivado al colapso de la red de aguas servidas de la institución.
Pese a que se hicieron las correspondientes diligencias ante la hidrológica local, para que se intervinieran las redes y tanquillas, llegado el mes de enero, la respuesta sería que el camión Vactor tenía una pieza averiada y el repuesto no se conseguía.
Sorelis Barico, representante del consejo comunal de la localidad rural, indicó que la obstrucción de las cloacas generó algunas epidemias entre los estudiantes tales como hepatitis, diarreas y vómitos.
Describió que las aguas pestilentes se desbordan, “actualmente sin actividades académicas, por los inodoros, pocetas y tanquillas del plantel, esparciéndose desagradables y contaminantes olores”.
-Una comisión de padres y representantes, fue hasta Hidrolara a encarar la situación pero lamentablemente la respuesta sigue siendo la misma: “No ha llegado el repuesto para el Vactor”, señaló la vocera comunitaria.
Varios pañitos de agua tibia
Describió que la empresa hidrológica ha intervenido en varias oportunidades las cloacas de la institución educativa, inclusive el colector principal del caserío, “pero ha sido gracias a la presión de protestas vecinales y cierres de la carretera”.
-Actualmente más de 280 alumnos de la matrícula escolar no pueden recibir clases y unos 300 del liceo que funciona en la tarde tampoco, debido a la calamitosa y recurrente situación, por lo que una vez más pedimos al Gobierno regional atienda nuestro llamado, en representación de todos los alumnos, subrayó Barico.
Remarcó que por medio de la Empresa Socialista Pedro Camejo, lograron que una maquinaria limpiara el colector principal, faltando solamente la red interna del plantel y sus tanquillas.
En tinieblas y sin agua
La profesora Ana María Moya, de Educación Inicial, resaltó que es imperante emprender un programa permanente de profilaxia vegetal en ese plantel, dado existen muchos árboles enfermos, cuyas ramas caen constante mente en los muros y cercas perimetrales, colocando en peligro tanto la integridad física de los alumnos como la infraestructura.
Por otra parte, comentó que la mayoría de los salones están en penumbras, porque las instalaciones eléctricas cumplieron su vida útil y actualmente la escuela requiere rehabilitación general del sistema de iluminación.
La carencia de agua por tubería también es otro de los pesares que tiene la escuela de Chorobobo, pues al sector el servicio le llega interdiario y sin presión, lo que hace más penoso el grave escenario sanitario.
Fotos: Luis Alberto Perozo Padua
