Representantes de los consejos comunales de los sectores Chucho Briceño y Terepaima en Cabudare, hicieron ayer un llamado al alcalde del municipio Palavecino, Richard Coroba, para que cumpla con el compromiso que adquirió con ellos durante una audiencia en diciembre del año pasado, para rehabilitar el módulo comunitario, popularmente conocido como “La auyama”, ubicado frente a la Universidad Fermín Toro, a un lado de la avenida Emigdio Ramos.
Rafael Franco, vocero de Hábitat y Medio Ambiente del consejo comunal de la urbanización Chucho Briceño, expresó que hay una creciente precupación en la comunidad, pues tras la ampliación de la mencionada arteria vial, aún no se lleva a cabo el reacondicionamiento del módulo, el cual es considerado un patrimonio arquitectónico, pues fue diseñado por el arquitecto Enrique Hernández, quien fue galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura.
“Esta estructura es única en su género en Lara, y sólo en San Felipe, en el estado Yaracuy, hay un módulo muy similar a este que usan los trabajadores del Centro de Investigaciones Experimentales para la Exportación (Ciepe). Ambos fueron construidos hace 25 años”, explicó Franco, añadiendo que si bien es cierto que el módulo requiere de una importante inversión para volverlo a dotar de puertas, ventanas, y nuevas instalaciones sanitarias, se necesitarían muchos más recursos para demoler la actual estructura y construir allí una casa comunal. “La idea es contar con un sitio para realizar actividades y tareas dirigidas con los niños, así como foros y jornadas para todos los miembros de la comunidad”, aclaró el vocero.
Asimismo, recordó que en un principio “La auyama” iba a ser utilizada como casa comunitaria, pero tras un repunte del hampa en el sector, surgió un convenio entre Polilara y la UFT hace varios años para convertirlo en un módulo de vigilancia sólo para la universidad, por lo cual el resto de la comunidad quedó desasistida, y luego la estructura fue abandonada.
Franco reiteró que el alcalde Coroba debe cumplir con su compromiso lo más pronto posible, ya que la empresa que amplió la avenida Emigdio Ramos, retiró parte de la cerca perimetral del módulo, por lo que ahora está sirviendo de escondite para los delincuentes.
Fotos: Jairo Nieto
