El jueves 21 de febrero un grupo de supuestos trabajadores de Lácteos Los Andes protestó frente a la sede de la Clínica Razetti, en busca de exigir la regulación de precios de la institución privada, calificando a sus dueños y empleados de comercializar la salud.
Inclusive las paredes fueron rayadas con varias consignas en procura de la atención de salud sin discriminación a todos los venezolanos.
Por esta razón, trabajadores y directivos de la institución privada que cumplirá 50 años de fundación en este 2013 quisieron exponer sus ideas ante la colectividad y rechazar los actos de vandalismo que se suscitaron en contra de la clínica porque, según explicaron, provocó zozobra entre empleados y pacientes que se encontraban al momento de la protesta.
Francisco Finizola, presidente de Clínica Razetti y médico pionero en la región centroccidental en la rama de la pediatría, indicó que la institución cumple con todos los requisitos y normas legales para el ejercicio de la medicina.
“Realmente nos extrañó y consternó la protesta, porque nosotros prestamos atención a pacientes asegurados y quienes no tengan seguro, además tenemos precios solidarios”, expresó Finizola.
Recordó que en Caracas se ha discutido entre la Alianza Interinstitucional y la Asociación de Clínicas Privadas la utilización de un baremo (precios regulados), que se acordó utilizarlo en sólo 10 clínicas de la capital, ninguna del interior de Venezuela.
“Este año cumplimos 50 años de fundación, con la ayuda de todos los trabajadores y pacientes. Las ganancias son pocas y se invierten en nuevas tecnologías”, dijo Francisco Finizola.
Informó que tienen 500 personas empleadas de forma directa y la misma cantidad de forma indirecta, sumado a los 200 médicos y los empleados de ellos, para un promedio de casi 2.000 personas que le trabajan a la Clínica Razetti.
Sobre los grafittis que escribieron en las paredes indicó que hicieron la denuncia en Fiscalía para que haga las investigaciones del caso.
Discutir regulación
En este sentido, Finizola señaló que dentro de su nómina tiene empleados con 15 y 20 años de labor en la institución, e incluso trabajan dos generaciones familiares en la Clínica Razetti.
“Puede existir regulación, pero tiene que discutirse, no puede establecerse de forma unilateral, sino a través de un consenso que permita la supervivencia de las clínicas”, dijo Finizola.
Recordó que la institución ha sido pionera en innovaciones tecnológicas como sucedió con las tomografías y resonancias magnéticas, siendo los primeros en traer este tipo de métodos diagnóstico a Barquisimeto.
“Fuimos los primeros en realizar cirugías cardiovasculares. En 1976 fundamos la primera unidad de cuidados intensivos, primero inclusive que cualquier otra institución pública”, señaló.
Apoyo de los trabajadores
Érika Delgado, en nombre del gremio de enfermería que labora en la Clínica Razetti, dijo que rechazaban los actos de vandalismo que hicieron personas ajenas a la institución.
“Estamos en contra de la violencia en contra del sector privado, somos trabajadores del sector salud y brindamos apoyo incondicional a todo tipo de pacientes, sin ningún tipo de discriminación política porque no somos políticos”, expresó.
Mencionó que en vista de las fallas en el sector público, la mayoría de las personas acuden a los centros privados.
“Queremos desmentir las difamación que dijeron en contra de nosotros. Somos personas honestas, trabajadores eficientes, humildes y con calidad humana, no ladrones que robamos los recursos en hospitales y seguros sociales como dijeron los vándalos”, insistió Érika Delgado.
Por último, recordó que dentro de la institución trabajan cientos de padres y madres de familia, que laboran por el bienestar social.
“También queremos informar, para quienes no lo saben, que tenemos la Fundación Razetti, que también ayuda a los más necesitados, así como la promoción de conocimiento científico a través de jornadas y congresos”, concluyó.