Desesperados por no disponer de un techo donde albergarse con sus familias, un grupo de hombres y mujeres decidieron hace poco más de un año ocupar un terreno que consideraron ocioso, en las afueras de Quíbor, salida hacia El Tocuyo.
Encabezados por Joir Ortiz, quien fue designada para presidir la asociación civil pro-vivienda La Manga, construyeron ranchos con láminas de cartón, tablas, plásticos o cualquier cosa que les protegiera del sol, lluvia o el frío de la noche.
Desde un primer momento aclararon que no eran invasores sino familias necesitadas de viviendas dispuestas a regirse por normativas legales para constituir la comunidad que, tentativamente, denominaron La Manga, por encontrarse a poca distancia del principal escenario del coleo en el municipio Jiménez.
Informa Joir Ortiz que son más de cien familias debidamente censadas las que allí se encuentran a la espera de los trámites correspondientes para continuar con el siguiente paso consistente en la construcción de las viviendas que sustituirán a los ranchos.
Dijo que el gobernador Henri Falcón ofreció comprar el terreno a sus propietarios para entregarlo a las familias ocupantes.
“La cosa va por buen camino porque los dueños están dispuestos a vender”, dijo Ortiz, optimista porque muy pronto eso se haga efectivo.
Por su parte, Elda Villegas, una de las vecinas, dijo que tiene muchas esperanzas de que muy pronto todo quedará solucionado para que puedan tener los servicios, comenzando por el agua que en la actualidad toman del tubo matriz, y la electricidad, que como no está bien instalada, presenta muchas fallas y con frecuencia se dañan los pocos artefactos domésticos que tienen en sus humildes viviendas.
