El gobierno de Henrique

La idea de una  República que promueva la prosperidad y bienestar del pueblo, pasa por un gobierno y una representación de la sociedad venezolana que se sostenga en la responsabilidad política, la justa representación y la participación ciudadana.
Es imposible gobernar un país como Venezuela con mas de la mitad de la población cuestionando la ineficiencia e irrealidad con que se actúa políticamente desde  las instituciones, donde ningún servicio funciona, los derechos no tienen valor y los alimentos escasean, sea por el absurdo de esperar que lleguen importados o porque el desempleo y la inflación produce neveras vacías.
Cómo imaginar que los ciudadanos pueden ser espectadores pasivos ante lo ocurrido en las elecciones del 14 de abril, donde la duda generalizada del resultado electoral se acrecienta cuando a quien se ha proclamado como Presidente de la República no acierta a demostrarnos las virtudes que Hugo Chávez vio en él y lo alimenta una sola obsesión, hablar para destruir a la oposición.
El Estado venezolano es una empresa en demolición, donde el capitalismo funciona para la inversión extranjera, como lo demuestra la entrevista que Nicolás Maduro dio al diario Le Monde, ofreció  Zonas Especiales para entregar a países que quieran venir a producir alimentos y dejar las Zonas Socialistas para los campesinos. Es decir, ya no basta con separar y dividir a los venezolanos sino que también vamos a entregar extensiones de tierra que nos pertenecen a todos.
Esperar por lo que diga el TSJ en materia electoral puede ser importante para cumplir la etapa formal, pero ya todo ciudadano sabe que el poder judicial no es independiente. Y  se  va a producir una decisión para legitimar  a como dé lugar, lo que está en camino de perpetuarse.
Mantener viva la lucha social por la transparencia electoral y el respeto al voto de cada elector pasa por decisiones políticas. Una es crear un Gobierno de control del Gobierno en ejercicio, que proponga políticas públicas, demuestre que son eficaces, sean aplicadas en los Estados donde de pruebe y evalúe su ejecución, Henrique nombre su tren de Ministros quienes propongan lo que hay que hacer y razonen por qué lo que se hace no funciona. De esa manera se moviliza un país por una causa justa, haciendo realidad la participación protagónica y así obligar a dar cuenta de sus acciones u omisiones a quienes se sienten dueños de Venezuela.
Manos a la obra. Concentrémonos en el Gobierno de Henrique. No esperes más, procede a nombrar el Gobierno de la prosperidad.