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Quiero gritarle a este mundo, antes que me vea partir,
que aquí yo todo lo tuve, menos un amor feliz. Dios
sabe cuánto busque, Dios sabe cuanto esperé; y el destino
me negó, un ser al cual yo querer, y ese inmenso amor
que tengo, que quema mi corazón, que hasta la vista me
nubla y casi pierdo la razón, quisiera entregarlo a un ser
que me quiera de verdad, pero nunca lo he encontrado,
solo a mi amiga soledad, la que siempre me acompaña
sin separarse jamás, y que comparte mis lágrimas, y mi
eterna noche triste, la noche del nunca jamás.
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