Yo me quiero

-

- Publicidad -

Muchas personas viven en un sufrimiento continuo, “duermen con su peor enemigo”, ellas mismas.
Esto sucede cuando no me quiero, me rechazo a mí mismo(a), me siento mal con todo lo que hago, digo, siento… No me gusta mi cuerpo, me siento desfavorecido(a)… Me odio a mí mismo.

Desde nuestra más tierna infancia, hemos recibido de nuestros progenitores o personas que los sustituyeron, un trato, una valoración, un reconocimiento, unos afectos….Y éstos fueron el origen de todo.

- Publicidad -

Si, desde el nacimiento, me trataron con AMOR, AFECTO, VALORACIÓN, RECONOCIMIENTO, PROTECCIÓN Y SEGURIDAD, todo esto queda dentro de la persona adulta que seré más tarde, aportándome una adecuada AUTOESTIMA, AMOR, RECONOCIMIENTO Y VALORACIÓN, es decir, me sentiré satisfecho con quien soy o con quien me dijeron que era y yo me creí a pies juntillas.

Si por el contrario, por circunstancias, desde la infancia no he recibido AMOR ni VALORACIÓN suficiente, creceré sintiéndome no querido, y por tanto no válido; No me gustaré, soñaré con ser de otra forma distinta a como soy, y arrastraré la insatisfacción personal y el dolor de un sentimiento destructivo, EL ODIO.

En la mayor parte de las ocasiones, nuestros padres nos quisieron y procuraron darnos lo mejor que supieron y tuvieron. Posiblemente, las circunstancias fueron adversas y eso influyó en la forma y las posibilidades de crianza.

- Publicidad -

Cuando ya no dependo de los demás, puedo empezar a mirar hacia mí mismo(a), buscando el AMOR, RECONOCIMIENTO Y VALORACIÓN tan anhelado dentro de mí.

Para ello, tengo que ACEPTARME, tal como soy.

Empecemos haciendo un ejercicio de RECONOCIMIENTO Y VALORACIÓN de mis valías, que seguro las tengo, y con ello, mis logros y éxitos.

Y como parte de ésta Aceptación, también reconozco mis debilidades, defectos e incluso errores, los ACEPTO también; Todas las personas los tenemos.

Aunque en este caso, me propongo aprender de ellos, para cambiarlos, transformarlos en positivo, e incluso mantenerlos, si no es posible modificarlos, sin que éstos representen quien soy, ni sean los causantes de mi rechazo.

Y poco a poco, aumentaré mi AUTO-ESTIMA, reconociéndome como una persona única, valiosa y merecedora de una vida plena y feliz, en la mejor compañía, de nuestro DIOS y uno mismo(a).

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -