Una importante investigación se realiza en tierras venezolanas, con el inicio del Protocolo de Estudio de una nueva estrategia para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, que se empezó a realizar por primera vez en un ser humano, con el aval científico de la Asociación de Cardiología, en su capítulo Occidente, cuya sede se encuentra en Ascardio.
José “Cheo” Herrera, médico cardiólogo venezolano, reconocido como el maestro de la vena cava en el mundo, fue el propulsor de esta investigación y de la fabricación de un catéter de dos vías, el cual porta un balón que es capaz de regular el flujo sanguíneo al corazón que han denominado el Dispositivo Herrera.
El mismo fue creado por el doctor Herrera, después de diez años de investigación, cuando descubrió a través de miles de pacientes, que un 0,5% solo puede generar de forma natural, una calcificación en la Vena Cava Superior al lado derecho, que hace el papel de regulador del flujo sanguíneo.
En personas con insuficiencia cardiaca, a la medida que este restrictor natural comienza a crecer, la persona logra mejorar su calidad de vida. De allí comenzó un minucioso estudio para generar la invención de este dispositivo, cuyo propósito es lograr de manera artificial hacer el papel de la calcificación natural que se produce en 5 de cada mil pacientes.
Para Bartolomé Finizola, director médico de Ascardio, se trata de un proyecto muy importante y Ascardio ha brindado todo el soporte necesario para la realización de las intervenciones de prueba a 10 pacientes, cuyos resultados serán tomados en cuenta para la próxima fase de la investigación que consistirá en el perfeccionamiento del dispositivo.
“La mayoría de las enfermedades cardiovasculares pueden llegar en algún momento a la deficiencia cardíaca y este proyecto es una esperanza para brindar mayor calidad de vida a los pacientes y que puedan llevar una vida prácticamente normal”.
Hallazgo sorprendente
En 1998 el doctor José Herrera, realizó una observación que cambiaría el rumbo de toda su carrera. Un paciente con insuficiencia cardíaca tuvo una alteración en la historia natural de la enfermedad.
“El paciente estaba muy mal, enfermo del corazón, le dimos tratamiento y generalmente esta condición tiene como consecuencia un patrón de vida. Al cabo de 10 años la enfermedad tiene un porcentaje importante de mortalidad. Este paciente se comportó completamente diferente, mejorando de una manera dramática”.
Al examinarlo, tuvo la sorpresa de que el paciente había dejado por completo el tratamiento y que su estado de salud había cambiado totalmente. “Se había producido un fenómeno nuevo no descrito en la vena cava, con un efecto valvulante que detenía la sobrecarga de flujo sanguíneo al corazón y por ende funcionaba muy bien”.
Eso dio pie a una serie de investigaciones y a la búsqueda de otros casos similares. El segundo paciente con este fenómeno llegó luego de cinco años y encontró los mismos resultados, con la formación de una válvula natural.
Al entrar mejor flujo de sangre al corazón, este vuelve a su diseño original y funciona bien. Esto hizo que el doctor Herrera ideara la forma de crear un dispositivo artificial para recrear esta función valvular, mimificando o reproduciendo lo que la naturaleza había hecho.
Diseñó un balón que hace el efecto de la calcificación, así como la forma para introducirlo en el cuerpo, de manera que resistiera en el tiempo, fuese graduable y fijable. A la par de este descubrimiento y nueva creación, los casos con esta condición se fueron sumando y la teoría fue comprobada.
Después, el doctor Herrera procedió a patentar el descubrimiento en Suiza, y consiguió una empresa en Oxcrod de Palm Harbor en el estado de la Florida, Estados Unidos, donde fabricaron el modelo del balón, que fue posteriormente denominado el Dispositivo Herrera.
El primer paciente fue un perro, llamado Max, al quien le realizaron el procedimiento el 5 de julio del 2013, comprobando el funcionamiento del dispositivo.
Con el apoyo de la Sociedad Europea de Cardiología e instituciones como el Mass General Hospital de Masachusset, Estados Unidos, se consolidó esta etapa de prueba en humanos.
“Si un corazón que está sobrecargado recibe una menor cantidad de flujo, volverá a funcionar de forma correcta. Es un fenómeno físico”.
Sin riesgos
El doctor Eleazar García, coordinador de la unidad de hemodinamia de Ascardio, destacó lo interesante de este protocolo de estudio, cuyo objetivo es ver las posibilidades que podrían existir en el futuro de un tratamiento no farmacológico para la insuficiencia cardíaca, con el uso de un método mecánico que produce la disminución del retorno de sangre al corazón, produciendo una restricción del flujo a través de la vena cava inferior y en consecuencia la disminución de las presiones diastólicas del ventrículo izquierdo y mejoría de la función ventricular.
“La investigación ya está en su fase 4, con la participación de pacientes con cardiopatía isquémica en insuficiencia cardíaca. Es un protocolo bastante exigente que luego de dos años de discusiones con los miembros de la comisión ética de la institución se logró iniciar, con completa protección de los pacientes que firman un consentimiento informado sobre todo el procedimiento que se realiza para tal fin”.
El primer caso arrojó resultados excelentes, pero es un protocolo en estudio que apenas está comenzando y el tiempo dirá cuál será el desenlace final de la técnica.
“Es una técnica muy novedosa que el doctor José Herrera ha discutido en varias parte del mundo y será una herramienta más, una nueva modalidad para estos pacientes que ameritan tratamiento especial”.
La intervención no tiene mayores riesgos y en ella el dispositivo es colocado al paciente para ser observado por unas horas, posteriormente es retirado, pues forma parte de un protocolo de estudio.
“Los riesgos son inherentes a una punción en la vena, hematomas, algunas hemorragias menores. No hay riesgos graves por este procedimiento”.
