Maduro deja a la deriva la economía

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A finales del año pasado, especialistas en la materia económica, al ser consultados por EL IMPULSO, en torno a la situación económica para el año 2014, avizoraban una tormenta económica. Ahora, tras la exposición hecha la tarde-noche del miércoles por el presidente de la República, Nicolás Maduro, tres economistas (entre ellos un diputado de la Asamblea Nacional) y un analista financiero, entrevistados por separado, coinciden en que el jefe del Gobierno nacional y jefe de Estado, como se presentó en la sesión plenaria, ha dejado la economía a la deriva. Insistió Maduro en que la llamada guerra económica “es de todo el pueblo y nadie puede sentirse al margen de la misma” y señaló que existe una complicidad entre “la burguesía parasitaria y el funcionarado corrupto”. Lo que vendrá es preocupante.

La exposición del Presidente de la República dejó al país con mayor incertidumbre y más confuso que antes, según el criterio del doctor Salomón Centeno, economista y diputado a la Asamblea Nacional, quien precisamente estuvo en el acto de la presentación de la memoria y cuenta del jefe del Ejecutivo Nacional.

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El país amaneció con una preocupación mucho mayor que la que tenía hasta poco antes de que Maduro hiciera su intervención. Porque realmente no hubo en el fondo una definición sobre la política económica e hizo un paseo de indefiniciones en materia cambiaria, aunque anunció que ese asunto sería explicado posteriormente por el vicepresidente de área éconómica en una sesión próxima. Pero, lo cierto es que en el aspecto cambiario deja un amargo sabor en el ciudadano y, desde luego, siento que el gobierno piensa que la gente del pueblo no tiene capacidad de análisis, ni de evaluar los planteamientos. Porque el anuncio de mantener el dólar a 6,30 bolívares en la paridad cambiaria, como tasa oficial, no es más que un simple anuncio.

Nuevamente se habló del presupuesto de divisas que debía establecerse a nivel del organismo que las otorgará. Pero, al mismo tiempo que se hace esa aseveración, se convoca al Sicad como sistema alternativo de Cadivi para atender sectores como el de los alimentos. Ya en las dos últimas subastas, el Sicad incluyó alimentos básicos y prioritarios que se pueden considerar como elementos de la cesta básica, tales como harina de maíz y harina de trigo para la confección de pastas y pan. Realmente, quienes escuchamos a Maduro terminamos sin mayor claridad de lo que está ocurriendo. Y toda la situación de la economía que no está clara, crea turbulencia. De la misma forma que cuando no se atiende con debida transparencia, repercute de manera negativa. Al no haber concretado lo del dólar, le da un coletazo muy serio y muy agudo a la economía en general.

Del mismo modo, al comentar que de no haber sido por la guerra económica, la inflación habría sido de un dígito, es una expresión que forma parte del mismo cuadro que ha montado para tratar de evadir la responsabilidad del gobierno de mantener controlado el nivel inflacionario y los desequilibrios económicos.

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No se puede garantizar dólar a 6,30

Aunque Nicolás Maduro dijo que Venezuela tiene los recursos suficientes para mantener la fortaleza del dólar a 6,30 bolívares, el doctor José Guerra dijo que esa declaración del Presidente de la República no se corresponde con la realidad.

“Eso no es cierto, porque entonces no habría escasez de dólares”, refutó.
No se puede garantizar el dólar a 6,30 porque el Gobierno no está suministrando hoy todas las divisas a ese tipo de cambio.

El Dr. Guerra, en relación a la denominada guerra económica, manifestó que realmente lo que existe en el país es una escasez muy pronunciada de productos. que indudablemente afecta a la población.

Lo preocupante es que tenemos un gobierno que no adopta decisiones relacionadas con la situación económica, sino que se ocupa del manejo administrativo y es por eso que vemos es que cambia un ministro por otro ministro, fusiona dos ministerios, desaparece a Cadivi y, en fin, no toma ninguna medida para enfrentar la situación fiscal, ni tampoco para resolver la escasez de divisas que registra el país. Lo que hizo Maduro fue anunciar puras decisiones administrativas.

En relación al anunciado nuevo sistema cambiario, el destacado profesional de la economía ripostó: Lo que hizo fue cambiar nombres. De Cadivi a Centro Nacional de Importación o Centro Nacional de Comercio Exterior. Pero, las funciones están por definirse.

El problema, aclaró, no es que el organismo cambie de nombre. Consiste en que no hay dólares para entregarle a los importadores, con el fin de que traigan productos y haya abastecimiento.

Para, el Dr. Guerra, a pesar del anuncio de la desaparición de empresas fantasmas, éstas continuarán existiendo mientras haya un diferencial entre el dólar de 6,30 y el dólar negro. Entonces, habrá gente vinculada al gobierno que son los que pueden acceder al dólar y haciendo negocios.

Finalmente, afirmó que Maduro no hizo anuncios económicos importantes. Debe quedar claro que el dólar de 6,30 será para el gobierno y el sector privado no lo verá.

El Gobierno está entrampado

La perorata de Nicolás Maduro, en la Asamblea Nacional, fue para informar que se tomaron decisiones de forma aislada, sin tomar en consideración al sector privado del país, sostiene el doctor Jesús Casique, profesor universitario.

Antes de que se produjera la eliminación de Cadivi y el traslado de las operaciones al Centro Nacional de Comercio Exterior, había que establecerse un plan en conjunción con el sector privado.

No puede crearse un organismo en forma tan salomónica como olímpica, para dejar el mercado al garete.
Ahora no sabemos cómo va a funcionar el otorgamiento de divisas, tampoco se ha publicado en la Gaceta Oficial y me parece que todo esto es una improvisación y una gran irresponsabilidad del gobierno al tomar este tipo de decisiones.

Primero, si se va a eliminar un organismo y se pasan sus operaciones a otro, debiera explicar las condiciones y normativas de cómo va a funcionar el recién creado organismo encargado del otorgamiento de divisas. Mientras se analiza la operatividad, la logística, del Centro Nacional de Comercio Exterior, tiene el gobierno paralizado al país, sin oxígen. Definitivamente, es un caso erróneo.

En segundo lugar, el tipo de cambio de 6,30 es artificial y ha generado corrupción. Fueron entregados 20 mil millones de dólares a empresas fantasmas, como lo denunció Giordani. Y en la medida que haya un dólar subsisidado, barato, la corrupción va a estar a la vuelta de la esquina.

El gobierno se equivocó, afirmó el Dr. Casique. Tenía que devaluar para de alguna forma u otra incentivar la actividad económica en Venezuela.

La última subasta del Sicad fue de un dólar en 11,3 bolívares, lo que evidencia una devaluación solapada, encubierta, la cual afecta la estructura de costos de las empresas. El gran problema es cómo se ajusta ese precio si se adquiere divisas a 11, 3 u 11, 5 con un control de precios. El Gobierno está entrampado con esta telaraña que acaba de crear.

Devaluación soterrada será ilusoria

El Ejecutivo Nacional no ha dado claridad con respecto al futuro inmediato del mercado cambiario, expuso el doctor Orlando Zamora, analista financiero y ex funcionario del Banco Central de Venezuela. El gobierno ha actuado irresponsablemente.

Todo da a entender que la grave situación va a ser disimulada con una devaluación soterrada, que pretende crear la ilusión de que el tipo de cambio a 6,30 deberá continuar en lo que resta de año.

Las reservas líquidas del Banco Central de Venezuela están por debajo de los 2 mil millones de dólares. El BCV no tiene músculo financiero para garantizar un dólar de 6,30.

Si a eso unimos los problemas de producción, de compromisos que exceden su capacidad financiera de pago, si el déficit se mantiene en 15 por ciento, alrededor de 55 mil millones de dólares que no están cubiertos, ¿cómo puede garantizarse ese tipo de cambio? Es materialmente imposible.

Si a eso sumamos la capacidad de compra en la calle, que ya desborda un millón 200 mil millones de bolívares, tenemos que reconocer que los desequilibrios fundamentales no han sido superados.

El ciudadano mortal normal piensa que estamos en presencia de un disimulo, una minimización de la situación de gravedad con el propósito de romper espectativas de inflación.

Indudablemente, el Gobierno está muy preocupado, por cuanto si hace una devaluación sincera, puede haber una repercusión social y va a exacerbar aún más, una inflación, de la cual se ha perdido todo control.

Todo parece indicar que la estrategia oficial es reducir esa expectativa de inflación, vía disimular la crisis, con el fin de mantener una política de ocultamiento. ¿A qué nos conducirá esa situación? A varios escenarios: aumentar la escasez, acrecentar la poca credibilidad en los organismos públicos que administran la política económica y cambiaria. Y las importaciones de alimentos, medicinas y respuestos para equipos técnicos serán centralizadas en una oficina.

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