Son mal llamados la plaga de las ciudades, pues, los mototaxis han invadido los espacios públicos y también las calles y avenidas.
Más de uno ha quedado tendido en el pavimento por intentar realizar peligrosas maniobras.
Otros “se comen las flechas” y pasan en alto los semáforos sin importar las consecuencias.
“La mayoría son la nueva plaga de las ciudades” asegura un exfuncionario encargado de la AMTT-Palavecino, quien pidió no revelar el nombre por apegado a la ley.
Explica que en casi todas las ciudades del país, los mototaxis han proliferado de manera anárquica por la ausencia de planificación y leyes que regulen esta actividad comercial.
Nueva forma de transporte
Pero quién no ha observado a un mototaxista zigzagueando peligrosamente entre los autos, a toda velocidad y burlando semáforos, pero poco parece importar a los gobernantes de turno, dado es la nueva forma de palear la deuda en materia de transporte público.
Lo que sí es una realidad, para muchos incómoda, es que los mototaxis proliferan como la salvación contra el infernal tráfico que cada día es más agotador en el centro de Cabudare y la ausencia de transporte público.
Para un sinnúmero de encuestados, los mototaxis son la manera más fácil de moverse, para otros tantos, es un suicidio y la forma de apoyar esta actividad ilícita que comienza a preocupar a la ciudadanía.
Al margen de la ley
Vecinos de Cabudare centro, así como usuarios de la avenida Libertador, se quejan constantemente por la falta de autoridad con respecto a la anarquía presente y persistente en los aledaños de la Plaza Aquilino Juares, mejor conocida como La Cruz.
En la encrucijada de dos arterias principales, como lo son la avenida Libertador con Juan de Dios Ponte, al pie del histórico Monumento La Cruz, una cooperativa de mototaxis se multiplica, “invadiendo este espacio para los carros y también para la gente”, aducen los vecinos de la zona.
Un traslado en una mototaxi desde la referida plaza hasta urbanización Los Pinos, puede tardar entre 7 a 10 minutos, mientras en un ‘rapidito’ 20 y en una buseta 35 a 45, aunque el pasaje es mucho más costoso (en bolívares).
Emperatriz Rodríguez, es cliente fijo de Cooperativa de Mototaxis La Gracia de Dios, que tiene 20 unidades motorizadas y un supuesto permiso expedido por la Alcaldía de Palavecino.
Relata que el viaje la llevará centellante desde Cabudare centro a Tarabana II, pasando a centímetros de otros vehículos, mientras sus manos se aferrarán únicamente al torso del conductor o a la rejilla metálica de equipaje.
“Por supuesto que hay riesgos, las motos son unos vehículos bastante peligrosos porque no tienen ningún tipo de protección”, se resigna esta joven de 18 años, agregando que es mejor porque “no te asaltan como ya es costumbre en los rapiditos o busetas, y por otro lado es más rápido”.
El servicio de mototaxis es utilizado por personas de cualquier edad, y hasta con grandes equipajes deben cargar los conductores que sortean cualquier tipo de peligros para ofrecer un servicio y ganarse la vida.
