Una vez más, la capacidad instalada de los drenajes marcó la insuficiencia y no permitió se mantuviera un caudal bajo en las principales carreras y calles del centro de la capital del estado Lara, observándose personas cruzando de un lado a otro con el agua casi a la altura de sus rodillas, pese a que la lluvia fuerte sólo duró unos diez minutos.
Marcos Meléndez, conductor, indicó que siempre se soportará el mismo problema hasta que la Alcaldía lo revierta.
Manifestó que el Municipio debe apoyarse en un equipo multidisciplinario conformado por profesionales y emprender lo antes posible un diagnóstico de los sistemas de drenajes, por cuanto la ciudad ha crecido de manera acelerada en el aspecto urbano y posiblemente requiere una reestructuración de este servicio público para que no colapse con las lluvias.
Indicó que un hecho cierto es que una ciudad como Barquisimeto con este tipo de problema pone en riesgo a las personas provenientes de los nueve municipios, a quienes se les suman los que llegan de otras regiones para realizar cualquier diligencia en instituciones públicas, intercambios comerciales o simplemente turismo, ya que las calles son semejantes a un río crecido y en varias oportunidades los vehículos son arrastrados.
Quienes utilizan La Ribereña denunciaron dos grandes lagunas que se forman justo en el Distribuidor El Turbio, los cuales complican el libre tránsito por el lugar.
Protección Civil alerta
El coronel Héctor Vargas, director regional de Protección Civil en el estado Lara, precisó que se reportaron algunas viviendas afectadas por el agua en la urbanización El Placer, en Cabudare, municipio Palavecino, sin daños graves a los inmuebles.
Manifestó que funcionarios de dicha institución y del Cuerpo de Bomberos se apersonaron en el lugar para las respectivas inspecciones.
Vargas indicó que este miércoles no solamente llovió en Iribarren y Palavecino, también cayeron precipitaciones en los municipios Jiménez y Urdaneta, pero más leves.
Norte y oeste golpeados
Habitantes de algunas comunidades de la zona norte y oeste de la ciudad también sufrieron las consecuencias de no contar con drenajes ni brocales para contener la fuerza de las aguas.
