“Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino… y dijo ella a los que servían: Haced todo lo que os dijere» Juan 2:3,5
La verdad, no podíamos dejar pasar el Día de las Madres sin hablar de la madre perfecta. La que el mismísimo Dios trajo a este planeta. La mejor madre de la Creación, de la historia de la humanidad, del universo, del mundo. Por cuanto fue una escogencia especial que hizo la DEIDAD. O sea Padre, Hijo y ESPÍRITU SANTO… sin titubear un segundo. Hablo de la santísima virgen María. Sí, Y digo santísima virgen por cuanto así era ella. Tenía que ser así para que Dios la escogiera y producir a través de ella el acontecimiento más trascendental en la historia de la CREACIÓN. Y virgen, por cuanto así debió ser también, para poner por delante el prodigio moral de la santidad y acto poderoso de nuestro CREADOR.
Mis apreciados, recordemos que el término santo traduce “Apartado para servir a Dios”. “Dedicación de algo o alguien a un uso religioso o sagrado” Diccionario Bíblico Universal. Eso es simplemente lo que significa la palabra santo. Y ella hizo eso desde niña cuando tuvo uso de razón. Se apartó para servir a Dios, se decidió a vivir para lo sagrado. Entonces, Dios pudo ver en ese corazón las intenciones puras que había en su sencilla existencia, las condiciones humanas perfectas para traer al SALVADOR a la tierra y así desarrollar el plan PERFECTO de la SALVACIÓN de la humanidad que había caído en desgracia
Si, tuvo que ser una joven excepcional, especial, llena de una fe no ciega si no una fe pensada y razonada en función a lo que enseñaron los profetas. Dios vio su voluntad de hacer la voluntad del PADRE. Su obediencia sin titubeo, sin rodeos, sin influencia social, tradicional o familiar. Sintió su humildad, su entrega voluntaria a servir de instrumento para ÉL. Y es eso lo que enseña las SAGRADAS ESCRITURAS. Que las mujeres y hombres de hoy, que se dicen seguidores de Cristo puedan tomar su ejemplo y no perderse en adoraciones abstractas e innecesarias que de verdad no llevan a ninguna parte y que Dios apruebe en su Santa Palabra. En conclusión. Y según nuestra manera de ver las cosas, la vida de la santísima virgen María como ser humano que fue, guardada en la tumba para resurrección de vida y su obediencia hasta lo sumo, es el legado final. ¡Sólo eso!
DIOS en la Santa Biblia por ninguna parte establece un patrón de adoración divina sino que nos muestra un ejemplo de obediencia terrenalmente voluntaria, lo cual queda demostrado de manera contundente en los acontecimientos de las BODAS DE CANÁ. Allí podemos encontrar la función y el acto trascendente en la existencia de María como madre. “AL TERCER día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús… Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino… “Entonces” Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que él os dijere” Juan 2: 3-5.
En esa recomendación de María la madre, está la ESENCIA de la vida: “Haced todo lo que él os dijere”. Y sigue siendo la norma fundamental de comportamiento del cristiano… OBEDIENCIA. Si él es nuestro Señor, nuestro maestro, amigo, Dios y Salvador lo más lógico es aceptar su recomendación y “hacer lo que él nos diga”, como está expuesto de manera clara en La Santa Biblia y eso es ¡YA!
Amigos, por favor, aprendamos. “María al dejar ver su espíritu manso y sumiso. Su dignidad, pureza, sencillez y delicadeza como lo expone Lucas en sus escritos, son muy apropiadas. Son hechos históricos poderosos de profunda trascendencia para el creyente” Dicc. Bíblic. Adv. ¡Hasta el próximo artículo Dios mediante!
William Amaro Gutiérrez